#4 Selibra, la hermana de Aluceno

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Un mes paso desde aquella noche donde encontré el eje central de mis llamas, gracias a ello finalmente empecé a progresar en el entrenamiento con madre, soy capaz de utilizar su habilidad insignia y hace relativamente poco me ha estado enseñando a manejar mejor el Evé, sobrecargarlo y concentrarlo para así expandirlo, aunque claro, el progresar en el entrenamiento con madre.. me llevo a que el entrenamiento de padre se vuelva más brusco y agresivo.

Los primeros días luego de que mis llamas fueron azules, padre dijo que empezaríamos a simular combates para mejorar tanto mis reflejos como técnica.. prácticamente ahora lucho y recibo golpes en cualquier parte del cuerpo, obviamente esto utilizando palos como armas, tal y como a la vieja escuela.

Lo curioso es que a pesar de ser algo muy complicado, si he sentido como mis reflejos se van agudizando mientras los días pasan, quizás sea porque por ahora soy de aprender rápido; luego del mes, ya era capaz de ver con claridad por dónde atacaba padre, aunque claro, aún no soy lo suficientemente rápido, preciso o capaz de bloquearlo, esto quizás se mejore con el tiempo.

Ahora mismo me encuentro sentado en el suelo afuera de mi casa, la mirada la tenía pérdida en la nada, no sabía que hacer luego de entrenar con madre, me hubiera gustado tener un libro nuevo que me enseñe más.. uno de historia quizás, una de mis dudas es por qué los elementos Darkus, Onus y Aquos son considerados herejes.. sobre Darkus y Onus me podría hacer una idea, pero de Aquos.. ¿una inundación?

-Ahh.. que aburrido..

En mí aburrimiento, pose un ojo sobre la casa vecina, a la lejanía se podía ver a dos jóvenes chicos de quizás 12 a 15 años acompañados de un adulto que llevaba un hacha en su espalda, era la casa de los Caltraten y con ello, es la casa de Aluceno.

-Podrías aprovechar para visitarlo, ¿no?

Saliendo de mis pensamientos, escuché la voz de madre detrás mío, sin tener que llevar mí mirada a ella, simplemente respondí con tranquilidad.

-Podría.. pero quizás no sea el mejor momento, el padre de Aluceno parece que está por salir junto a dos de sus hijos..

Madre se quedó en silencio por varios segundos antes de que dijera exaltada.

-¡Es el momento perfecto! ve a visitarlo, solo estarán Aluceno, su madre y su hijita, ella es menor que Aluceno y si no estoy mal, tiene tu edad, ¡es el momento perfecto para que hagas una amiga de tu edad!

. . .

. .

.

Ahí estaba, de pie frente a la puerta de la casa de Aluceno obligado, en uno de los arbustos se podía ver el distintivo cabello oscuro de mí madre asomarse, claro, ella piensa que no la noté pero realmente tampoco se esfuerza en esconder.

[Supongo que no tengo otra opción..]

Sin tener otra opción, me acerque a la puerta para así darle varios golpecitos a la misma, llamando a la misma.

-¡Ya vooooy!

La voz de una chica se escuchó, a pesar de hablar fuerte se escuchó bastante suave. Esperé varios segundos hasta que finalmente la puerta empezó a abrir, en ese instante, mis ojos se abrieron un poco más de lo que esperaba, estaba levemente impactado.

Una jovencita de mí edad, era más bajita que yo eso si, pero su cabello rosa de un tono pastel acompañado de unos hermosos y cristalinos ojos celestes, tenía el cabello con leves rizos y no muy largo, esto seguro por su corta edad, apenas llegaba a sus hombros, sobre sus ojos se veían sus cejas las cuales eran un poco gruesas, daba una impresión adorable en cierto modo, sumado a ello, llevaba un pequeño vestido blanco de una pieza terminado en una falda hasta sus rodillas, en su muñeca izquierda cerca de su palma tenía un pequeño lunar en forma de una gota que apuntaba hacia su brazo, su tez era clara y su expresión muy tranquila pero a la vez algo tímida, esto obviamente al ser un extraño para ella.

Reencarnación: 7 Constituciones elementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora