Bakutsuyu week | 2023

Día #4: Suspirar/Anhelar

Por décima vez en el día, Tsuyu observó la foto del héroe Dynamight, en el fondo de su celular.

Ya habían pasado varios años, quizás era momento de seguir adelante, ¿no?

Suspiró profundamente. Ella era una heroína, y actualmente, debido a la ausencia de Ochako en la agencia a causa de su permiso prenatal, había decidido hacerse cargo de todas las misiones peligrosas, para que su amiga, que ya había formado una familia, no tuviera que exponerse a ningún riesgo.

Y es que, por alguna razón sorprendente para ella, la gran mayoría de sus antiguos compañeros de U.A. ya estaban formando familias y constituyendo hogares. Incluso su amiga Toru, había dejado la profesión para centrarse en el cuidado de los niños.

Tan solo tenían 28 años; a Tsuyu le parecía que aún era muy pronto para todo el proceso familiar. O quizás, lo pensaba debido a que ella solo había amado a una persona en toda su vida. Persona que jamás correspondió a sus sentimientos.

En la academia, Bakugo era un chico cuya única meta era sobrepasar a All Might, a Deku, a Shoto, y a todo aquel que se cruzara en su camino. Ella simplemente se conformó con ser su amiga, e incluso era feliz, porque formaron un fuerte vínculo a lo largo de sus años en U.A.

Hasta el último año.

Bakugo había iniciado una relación formal poco antes de graduarse, con una heroína de la academia Shiketsu, a quien había conocido durante el periodo de las licencias provisionales, en primer año. Y a nadie le extrañaba; la muchacha, Camie Utsushimi, siempre estaba pegada a él, y su perseverancia dio frutos.

Fue entonces cuando Tsuyu decidió dar un paso al costado; amaba a Katsuki, profundamente, y lo había hecho durante tres largos años. Pero lo que más quería en la vida era ver a su amado feliz. Y eso era algo que ella no podía darle.

Así que, por muy fuerte que fue su amistad con el rubio, se alejó completamente apenas se graduaron, pues verlo en brazos de otra le hacía daño, al punto en que no tenía energías para disfrutar su propia vida.

Fue difícil, sobre todo cuando la pareja aparecía ocasionalmente en las grandes pantallas. Tsuyu cambió su número telefónico, y pese a la jugosa oferta laboral que Ryukyu le propuso nada más egresar, ella tomó todas sus pertenecías y se marchó a la costa con Selkie, en donde permaneció durante seis años. Usó el filtro de palabras para bloquear toda noticia sobre la relación entre Katsuki y Camie; a pesar de haber pasado tanto tiempo, realmente le hacía daño. ¿Podría algún día dejar de amarlo?

Y allí estaba, años después, finalmente en la agencia de Ryukyu con Ochako y Nejire como sus compañeras, y sin saber absolutamente nada de lo que había sido la vida de Katsuki, en todos esos años.

La única que sabía de la situación de su corazón era Ochako. Y debido a eso, es que usualmente guardaba silencio y el nombre de Bakugo jamás era pronunciado en presencia de Tsuyu. Pero habían pasado años, ¿no? Seguro ya lo superó.

Aquella mañana, Tsuyu miró por onceava vez, los orbes rojos del hombre en su pantalla. Y finalmente, reemplazó su fondo con el paisaje de unas bellas montañas.

– "Han pasado 10 años, Tsuyu" – se dijo a sí misma, ajustándose el cinturón de su traje de héroe, en el camerino de la agencia – "Él ha seguido adelante con su vida, es momento de que sigas adelante con la tuya"

No iba a mentir, se había dicho a sí misma aquella frase en múltiples ocasiones, y nunca daba muchos resultados. Pero estaba avanzando.

Hubo un tiempo, cuando regresó a la ciudad, en que intentó salir con algunos compañeros de profesión; Shinso, Fumikage, Tamaki... Y aunque las cosas no habían terminado muy bien, la amistad prevaleció.