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-¡Enserio, eres una decepción para esta familia Haoxuan!. - grita su padre con la furia desbordada por sus hirientes palabras.

Aquello dicho le ataca de una manera inimaginable, sus ojos se humedecen y sus puños se cierran ante lo poco que su madre lo ayuda, hasta podría decir que se encuentra del lado de el hombre que tristemente es llamado padre. Su mandíbula se tensa, sería tonto pelear contra él, sin embargo ya se siente cansado de lo mismo.

-Si crees que soy una decepción, ¿Por qué no me botas al igual que hiciste con Lucas?, ¿Por qué no sólo te olvidas de mí y de que soy tu hijo?. - hablo sin pensar, la tristeza predominaba en sí, tenía demasiados sentimientos y emociones en ese momento y lo último que hacía era analizar sus palabras.

La sala callo al instante, la mirada de su padre cae sobre la suya. La madre se mantiene cabizbaja enloqueciendo sin saber que hacer, todo era un desastre.

-Tu hermano no tiene nada que ver ahora, ¡Ningún hijo mío merece tener mi apellido con esas preferencias!, Me repugnas Haoxuan. - Demanda el señor Wang, acomodando sus anteojos por encima de su cabeza.

-No debí de venir. Mamá aquí te dejo tu regalo, nos vemos otro día. - Eso fue lo último dicho antes de dejar la bolsa con pequeños detalles y cosas bonitas gracias al cumpleaños de su madre, cerrando la puerta tras de sí con furia.

Sabía que no era buena idea regresar a su casa, simplemente quería un momento bonito entre familia, su madre merecía más que peleas y golpes, necesitaba un momento feliz algún día del año y espero tanto para darle una sorpresa que fue arruinada al instante gracias a las estupideces que su padre tenía en su mente.

El señor Wang tenía un pensamiento machista, claro está y no está de más decir que lo odia completamente, no pudo entender cómo su madre se había metido con un hombre así y porque ese tipo de ser humano le ha tocado de padre. Odiaba con su alma como menosprecia a todo aquello que no es como quiere, tal y como hizo con su hermano mayor.

El caso de su hermano no es muy diferente al suyo, simplemente quiso tomar un rumbo diferente al que sus padres querían. No era malo, pero no le fue como esperaba. Fueron minutos para que se viera fuera de la casa sin razón coherente por parte de su padre, Lucas también mantenía una orientación diferente, solamente la mantenía en secreto y el único que lo sabía era él.

Camina sin mirar al frente, no le importa realmente si sufre algún accidente. Está ciego por la tristeza y no sabe cómo poder curarse así mismo. Un parque cerca parece la mejor opción, solo y abandonado, sin un alma en él y cree que es perfecto para su caos mental.

Sentándose en unas de las bancas solitarias piensa, se pregunta así mismo ¿Que hizo mal?, ¿Acaso no fue buen hijo?. Por fuera parece no importarle lo que su padre le decía a diario, pero por dentro abre una herida que aún no sana, una tan profunda que cree morir si otra vez llega a lastimarse de esa manera. A veces llega a pensar que se odia.

Sus manos se mantienen en su rostro, ocultando aquel odio que se tiene en ese instante, lo triste que se siente y lo molesto que se encuentra. El mundo era otro cuento, ahora se encuentra encerrado en yo con preguntas que resolver y parece no querer volver a la fea realidad que vive.

El uniforme todavía permanece en su cuerpo, siendo las ocho de la noche JiYang se niega a llegar a su casa desde que ha salido de la escuela.

Se encuentra vagando por las calles tan activas de Pekín, con las mejillas llenas de gomitas y el paquete de estos mismos en sus manos. Pasando cerca de un parque desconocido y apagado en cierto modo, la única señal de vida eran las lámparas encendidas y un chico sentado a lo lejos. Una silueta bastante conocida a decir verdad.

ꜱɪᴇᴛᴇ ᴍɪɴᴜᴛᴏꜱ ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴀʀᴀÍꜱᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora