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Los días fluyeron de la mejor manera, o así lo veía Zhan  que con la mejor sonrisa se encontraba caminando por los pasillos solitarios de la escuela ante la gran noticia que había recibido, o más bien confesión por parte del pelinegro.

Siendo la salida de clases él se encuentra solo en aquel edificio, JiYang de nuevo había dicho que tenía cosas que hacer pero él no era tonto, sabía que el menor tenía planes con su segundo mejor amigo.

Con la mochila en su hombro y pendiente a sus pies al caminar, el cansancio de sus ojos mostrarse en las terribles ojeras debajo de estos, producto de una larga noche jugando videojuegos y darse cuenta de las tareas terminando por dormirse a las cuatro de la mañana.

—¡Hey, Zhan!. — alguien gritó a sus espaldas, la voz reconocida y con su mejor sonrisa voltea a ver cómo a lo lejos corre hasta quedar al frente suyo.

—Yibo ¿No deberías de estar en tu casa?. — pregunta ignorando lo formulado, era mucho mejor que estuviera ahí.

—La profesora me castigó por quedarme dormido en su clase, ya sabes... — sonríe con vergüenza ante lo estúpido que había sido el motivo de su castigo, pero se mantuvo casi cuarenta minutos limpiando los salones de los cursos menores, realmente esos niños no tenían higiene alguna o conciencia para dejar los lugares limpios, ahora sabía lo que sentías los pobre empleados de aseo en la escuela. —¿Y tú?, ¿Qué haces aquí?, Ya casi pasó una hora desde que tocaron la campana.

—Uh, me quedé esperando a JiYang que siempre me acompaña a mi casa, pero veo que tiene otros planes. — habla sin darle mucha importancia al asunto, muchas veces que JiYang le había dejado plantado.

—¿Quieres ir por un helado?, Yo invito. — propone Wang entre sonrisas sutiles, sería muy buena idea para poder conocer más al peli-negro, tenía mucha curiosidad sobre aquel bajito y bonito pecoso del que había podido tener uno sentimientos que jamás ha sentido.

—¿Qué?— Zhan analiza las palabras, sin poder hablar y contestar el si que tanto quería decir asiente con la cabeza confirmando aquello al pelinegro quien más contento comienza a caminar junto a él a la salida de la escuela.

El camino se mantuvo por unos minutos en silencio, ambos chicos queriendo establecer una conversación amistosa pero la vergüenza se apodera de cada uno. Yibo observa con más detalle a Zhan sin que esté se de cuenta, podía decirse que incluso se veía más atractivo de lo que era.

—Tu lunar es bonito. — susurraba para sí mismo, siendo casi imposible ya que lo había dicho más alto de lo que pensó, recibiendo la mirada del contrario con las mejillas sonrojadas. Tierno, así se podía definir Xiao Zhan.

—Yo... Emmmm, lo odio sinceramente. — confiesa, y no era mentira. De las infinidades de veces en las que estuvo buscando recetas caseras para poder hacer desaparecer aquellas manchas por su mentón y nariz gracias a su opinión personal de lo poco estético que se veían. Ahora que Yibo le decía aquello no sabía cómo sentirse al respecto.

—¿Por qué?, Si parecen una constelación de estrellas en tus mejillas, es lindo. — termina de decir tocando con la punta de su dedo el rostro contrario con delicadeza, admirando demasiado cerca las bonitos lunares que este mantenía en su rostro.

—¿Gracias?. — contesta Zhan quitando el contacto visual de inmediato.

Yibo solo se limita a reír siguiendo el camino sin decir alguna otra estupidez que hiciera incomodar al más bajo. Finalmente habían llegado a una heladería cercana a la escuela, siendo unas de las mejores por la gran variedad de sabores en los helados y postres tan deliciosos que tenían.

Zhan optó por sentarse juntos a ventanilla, tendría una vista perfecta a la calle llena de gente pasando sin darse cuenta a las personas dentro del local admirando a cada una de ellas, asimismo podía observar a la perfección el bonito cielo que presenciaba ahí mismo, el contraste de colores siendo esparcido a toda su longitud apenas la tarde se hace presente.

ꜱɪᴇᴛᴇ ᴍɪɴᴜᴛᴏꜱ ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴀʀᴀÍꜱᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora