look at the sky(mira al cielo)

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Disclaimer:

Recordatorio de que este fic NO ES MÍO. Yo solo tengo el crédito por la traducción. La historia es de la grandiosa corviids, escritora en AO3.

De antemano, una disculpa por cualquier error. Mi teclado sigue con problemas. Cualquier cosa, me pueden hacer saber.


Autor:


Tengan en cuenta que esto es parte de una serie y se recomienda leer las entradas anteriores para comprender mejor. La Danza igual sucede, mucha gente muere igual, lucemond se casa para traer estabilidad, además, no todos los dragones mueren porque yo así lo quiero.

Comentarios y kudos son apreciados como siempre :) disfruten <3

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Tener a Lucerys Velaryon como su pareja trae muchísimos inconvenientes: sus estados de ánimo cambian más rápido que las mareas del océano, tiene muy poco respeto por lo sagrado de las tradiciones, y es terco como una mula. Dicho eso, a Aemond le gustaba pensar que se habían ajustado a los momentos y estados de ánimo de cada uno como para llevar un matrimonio civilizado.

Sin embargo, la mayor desventaja era que todos sus hijos habían claramente salido a su madre en todo menos en su apariencia.

Para felicidad de su propia madre, Aemond había sido un niño tranquilo y callado que prefería mantener sus pensamientos para sí mismo y que rara vez lloraba a pesar de haber nacido demasiado pequeño. Lucerys pensaba que era gracioso bromear con que esa era la razón por la que Aemond estaba emocionalmente constipado, pero el platinado siempre hacía lo que mejor sabía hacer cuando su pareja intenta molestarlo: ignorar al omega.

Jaehaerys, Jaehaera y Maelor se habían parecido a Helaena y no a Aegon cuando eran niños, gracias a los Dioses. Y Daeron, su hermano menor, había sido enviado cual paquete hacia Oldtown cuando era a penas un infante, por lo que era poco lo que Aemond sabía de cómo había sido durante su infancia. El punto era que Aemond tenía experiencia siendo y cuidando de niños bien portados.

Eso, claro, hasta que había embarazado a Lucerys Velaryon.

Aemond estaba más que seguro de que amaba a sus hijos. Saera y Aenys llegaron a su vida cuando su mundo estaba en su estado más lúgubre, y Naerys le servía como prueba viviente de que aún tenía un corazón capaz de amar. Gaemon era demasiado joven como para tener algún trazo de una personalidad definida, pero Aemond disfrutaba del tiempo que pasaba sosteniendo al inquieto bebé en el cuarto de los niños. También había desarrollado un cariño casi instantáneo por el niño que Lucerys llevaba ahora en su vientre.

Pero aún con todo el amor que sentía por sus hijos, ellos continuaban siendo -sin lugar a dudas- la fuente principal de los constantes dolores de cabeza de Aemond.

Gilded Lilies Series (One-Shots) -Lucemond-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora