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Capítulo 5 - Regreso a casa (5)

Nota: Antes de empezar el capítulo, al parecer, la familia Wyvern es en realidad una familia Vizconde. Todas las menciones anteriores de que era una familia de barones se han cambiado.

***

Llegamos a una colina con vistas a la ciudad de Wevin.

La hierba estaba verde y exuberante a pesar de ser otoño, los árboles que bloqueaban la vista de la ciudad habían sido retirados, y sólo había pequeños arbustos aquí y allá a intervalos regulares para ajardinar.

La lápida estaba en medio de todo.

[Hoven Portman descansa aquí].

Era una frase corta.

Elric sonrió amargamente y se sentó frente a la lápida.

"Todo esto es muy propio de ti".

La elección del emplazamiento, con vistas al terreno que tanto le había costado construir, la pulcritud del paisajismo, la prolijidad de la inscripción en la lápida... todo reflejaba al hombre que recordaba.

Dada su personalidad, él mismo se habría ocupado de todos estos asuntos antes de morir.

Con sólo mirar la lápida, Elric sintió que podía imaginarse en su cabeza los últimos momentos de su padre.

"Como te gustaba tanto la perfección, debiste de presionar mucho a los obreros".

Era un hombre que no toleraba ni la más mínima imperfección, así que era probable que muchos obreros hubieran trabajado duro para preparar este lugar de enterramiento. Probablemente también sufrieron muchas heridas. Él debía saberlo bien, pero no le importaba.

No era de extrañar que le hubieran apodado "El Sangre Fría" por ello.

"No esperaba encontrarte de nuevo así. Sinceramente, mi idea de nuestro reencuentro era un poco diferente".

Elric frunció los labios, sin estar seguro de qué decir ahora, pero finalmente desistió de intentar darle vueltas a la situación.

Sería un esfuerzo inútil.

Su mano extendida rozó la lápida.

La piedra era lisa, incluso después de un año de uso.

Y, como era de esperar, estaba fría.

En esa frialdad, Elric evocó los recuerdos de su padre.

Era una figura prominente que había elevado a la Familia Portman, una pequeña familia de comerciantes, a la cima de las filas de Wevin.

También era un hombre malvado que se había creado numerosos enemigos con su despiadada personalidad.

Un hombre solitario que nunca había mostrado una sonrisa, ni siquiera a su propio hijo.

Mientras recordaba todas estas cosas, Elric se dio cuenta de algo.

"Ya no te guardo tanto rencor como antes".

Frente al hombre que una vez había odiado hasta el punto de llorar lágrimas de sangre, no sentía ninguna emoción en él.

Había estado ocupado con la vida, ocupado revolcándose en el campo de batalla, y con el tiempo, ese resentimiento se había diluido.

Era algo ridículo.

Una vez que se despojó de sus pensamientos infantiles y dejó marchar al hombre, sólo le quedó un sentimiento de pesar.

¿Cómo fueron sus últimos momentos?

¿Cómo vivió esos nueve años sin él?

Perdido en sus pensamientos, Elric se quedó mirando el nombre de la lápida durante largo rato.

Mi Mujer Esperaba En Los Campos De TrigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora