𝓸𝓷𝓬𝓮, 𝓣𝓲𝓮𝓻𝓻𝓪

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-John... -la mano ajena tapo su boca, no dejándolo continuar con lo que iba a decirle. Noto la tensión del chico que miraba a todos lados vigilando cualquier movimiento para ser precavido, él ahora también estaba escuchando de donde venia la conversación que puso nervioso al menor y ahora le preocupaba a él.

Las voces intercalaban, pero a un más se oía hablar al que les había dirigido de manera grosera la palabra en el restaurante.

-era el auto de esos maricas, ¿crees que no me acuerdo? -dijo una voz quejosa, notándose irritado.

-tienes una memoria de mierda, te mataremos si no están aquí. -contesto, su voz se notaba cansada y con pereza.

- ¡busquen bien! Ese idiota debe estar con su noviecita en alguna parte de aquí. -sus cejas fruncidas, su gesto de disgusto afectaba sobre todo el grupo que se preocupaba por su opinión.

- ¿no deberíamos dejar a un par esperando en el estacionamiento? -hablo el mismo con pereza, hablando en alto para ser escuchado.

Al escucharse eso, el estruendo de alguien cayendo al suelo se escuchó en esa lejanía vacía y silenciosa del parque de diversión.

Tomo la mano del castaño y sin querer hacer ni un ruido torpe, se lo llevo casi arrastrado a la salida, irían por el auto después de que la vida del castaño este a salvo.

Sentía que la mano del otro apretaba con densidad, no entendía muy bien en la situación en que se encontraban, pero tan solo ver al menor con tanta preocupación en no ser encontrado mirando a todos los lados con paranoia lo llevaba a la pena. Se aseguro de apretar también un poco más fuerte la mano del otro, dándole a entender y transmitiéndole seguridad de que se encontraba junto a él para cuidarlo.

Apenas caminaron unas cuadras lejos, ocultándose en un callejón con varias salidas, el rubio se apoyó contra la pared dejándose descansar de esas preocupaciones que volvían a aparecer. Abrió sus ojos y notó que el castaño lo veía preocupado y sus labios entreabiertos buscaban que decir.

-iré por tu auto. -se recompuso de contra la pared y se abrió paso a irse, pero la mano del castaño agarraba de su muñeca.

-no me interesa el auto... no ahora. -se acercó suave a abrazarlo y darle el confort que él estaba necesitando del otro.

Se dejo tranquilizar, encontrando paz inmediata en el calor del frio que estaba pasando.

<3

Abrió despacio sus ojos, quedándose quieto por el hecho de que el castaño aún seguía apoyado durmiendo contra su hombro. Se habían quedado pacíficamente dormidos, tapados con el abrigo que Daniel se había sacado para taparse. Era romántico si se omitía el punto de que estaban en un sucio callejón donde seguro, el sitio el cual estaban sentados, varios ebrios habrán meado y que los perseguían unos maniáticos que pensó que no vería nunca más luego de abandonar aquel dojo. Le preocupaba que lastimasen a Daniel por su culpa, solo porque ya no aguantaba la monótona y odiosa rutina de seguir a gente enferma de locura que lo contagio igual, pero él ya no quería más, quería cambiar y ahora que tenía a Daniel para él, quería dar mucho más ese lado bueno de él que Larusso sacaba.

-mmm...- se sentó mejor de la posición de costado de la que estaba, y se despabilo con un bostezo. -siento que fue una de las peores y mejores siestas que he tomado en años. -tallo con suavidad sus ojos con sus dedos y miro al rubio que estaba sonriente al verlo. - ¿qué?

-nada. -río por lo atacante que sonó. -eres demasiado lindo durmiendo.

-aja... -toco por si las dudas sus labios por algún rastro de baba que no quería tener.

- ¿por qué no me crees? -tomo de mentón y se lo acerco para besarlo.

Sus labios fríos empezaron a tomar calor al besar al castaño que aún tímido, intentaba ir al ritmo desencadenante que con el tiempo adquirió de la práctica, nunca le contaría para nada hasta querría olvidar a todas las chicas que beso para llegar a perfeccionarse, aunque de seguro se vería divertida la reacción de Daniel.

Con un hilo casi indistinguible de saliva, la lengua del castaño casi quedaba afuera en busca de aire. Ver eso hacía que el callejón sucio y meado se vea como un motel. Negó con la cabeza y miro a otro lado.

- ¿qué horas serán? -dijo levantándose lento del suelo.

- ¡LA HORA! -grito alarmado, y tomo al chico que apenas iba a comenzar a quejarse de los dolores de trasero y hombro.

<3

-a la señal de tr...- vio como el castaño le había arrebatado las llaves y corrió al auto, saltando hacia dentro del asiento del conductor para prenderlo con rapidez. -y luego a mí me dice que no actúe sin pensar dos veces.

El auto que hacía sonar con fuerza su motor se estaciono frente suyo, esperando que suba lo cual fue rápido en hacerlo en el asiento de atrás. Ya ambos estaban a salvo, o querían suponerlo ya que no había rastros de que sigan por ahí.

-te llevaré a tu casa... -miro por el espejo retrovisor, notando que el rubio miraba con tristeza sus manos. -no fue una mala cita. -miro de nuevo al frente, sonriendo fielmente convencido que así fue. -me divertí mucho a tu lado.

-tenía un último lugar para que termine perfectamente.

-mm... -paró al ver la luz roja y frunció su ceño al pensar. - ¿Dónde?

No permitiría que un par de idiotas causen más mal en esa cita que se notó que el rubio dio todo para esforzarse. 

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2023 ⏰

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|| El chico de la playa || LawrussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora