The Game (Cancelada)

La huida

~14 de apostó, 6:46 de la tarde ~

Duraron todo el día encerrados en sus habitaciones, ni siquiera habían bajado a comer algo. El saber que en algún momento morirían les quitaba el apetito.

Pero sin que Peter, quien se había quedado sólo vigilando las salidas, se diera cuenta. Se reunieron en la habitación de Jeff y Tiffany a planear su escapé.

Acordaron que Lisa sería la que saldría de la casa a buscar ayuda, mientras que los demás se encargarían de distraer a Peter. Primero pensaron en atacarlo, pero era más fuerte. Y claro que Jeff y michael tampoco estaban entusiasmados por la idea.

Esperaron pacientemente hasta que el reloj marcó las 6:30. Todos menos Lisa Bajaron a la sala, siendo observados por peter. Al estar abajo duraron solo 10 minutos simulando discutir. Y como en la mañana, Jeff se abalanzó a Michael. Pero esta vez Tiffany y Johana no interrumpieron, estaban ocupadas peleando entre ellas.

A Peter parecía no importarle, hasta que Jeff agarró un jarrón de la mesa y se lo arrojó a michael, fallando. Peter, molestó por el jarrón, se acercó a Jeff y lo agarró del brazo. Michael aprovecho el momento y les hizo una seña a Tiffany, para después volver a gritar, distrayendo al castaño mayor. Tiffany asomó su cabeza por las escaleras y murmuró un "ahora".

Lisa, quien estaba esperando pacientemente en el final de las escaleras, corrió hacía la habitación de Edward, que quedaba en la parte de atrás de la casa, y salió por la ventana. Bajó hasta llegar a una altura razonable y se dejó caer. Corrió hacía el bosque, perdiéndose en los árboles.

Pero no se percató de una silueta que la miraba desde un rincón oscuro. Esta sacó un teléfono de su bolsillo y llamó a alguien, alejándose del lugar.

La chica estaba corriendo desesperada, no sabía dónde estaba y mucho menos como llegar a un lugar seguro. En un momento llegó a divisar el lago, se acordó de la gasolinera que quedaba en la carretera y siguió el camino por dónde habían llegado.

Al llegar a la gasolinera, vio al mismo hombre de ayer, sentado en la misma silla leyendo un periódico. Lisa corrió a su lado y empezó a balbucear palabras sin sentido. El señor, preocupado por la chica, se levantó y la hizo sentarse.

— Niña cálmate, respira profundo. — Trató de calmarla, pero Lisa seguía respirando con dificultad. El señor le brindó un poco de agua y por fin pudo calmarse.

— Rápido, por favor, necesito llamar a la policía. — Le suplicó, levantándose y dirigiéndose a la puerta de la pequeña tienda.

— ¿Por qué, que sucede? — El señor la siguió de cerca, preocupado.

— Unos hermanos, están locos, nos tienen secuestrados a mi y mis amigos. Nos están haciendo jugar un maldito juego y mataron a uno de nosotros. — Lo dijo tan rápido que el señor tardó en comprender. Cuándo entendió iba a decir algo, pero fue interrumpido por alguien.

– Aquí estás, me tenías preocupada. — Dijo Lydia suspirando aliviada, se acercó a Lisa y la abrazo con fuerza, con bastante fuerza.

Lisa se removió asustada y empezó a gritar por ayuda. Sin saber que hacer, el señor preguntó.

– ¿La conoces Lydia? — Lisa al escuchar eso empezó a llorar.

— Lo siento señor Sylvester, es mi amiga. Esta borracha y los chicos la molestaron, ya sabe como son. — Dijo Lydia con una sonrisa apenada, abrazando a Lisa con tal fuerza que le impedía moverse. Lisa empezó a negar.

— ¡¡NO NO, ES MENTIRA, NOS QUIEREN MATAR!! — Gritó desesperada. Lydia al ver dudar al señor, dijo.

— Nunca te haría daño bebé. — Dijo dándole un pequeño beso en la mejilla. El señor abrió los ojos sorprendido.