☆ ¿Lograran descubrir qué fue lo que le sucedió en esa lluvia de estrellas? ☆
Jake es un estudiante de preparatoria que no cree en los mitos de su pueblo. Pero luego de notar sentimientos extraños hacia Heeseung, el chico más molesto a su parecer, e...
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☆NEGACIÓN☆
Lunes 6 de marzo
Luego de la presentación de cálculo y un largo, reconfortante y bien merecido, fin de semana, se suponía que las interacciones de Jake con Heeseung debieron haber terminado y prácticamente así fue... pero el mayor estaba tan presente en los pensamientos de Jake y este buscaba evitarlo de todas las formas posibles, que se alteraba por los encuentros más mínimos.
Durante las clases cruzaron miradas un par de veces, y en todas y cada una de ellas Jake apartó la vista de forma brusca. No quería que sus latidos se alocaran por algo tan simple. En otra ocasión, se cruzaron en el pasillo entre los cambios de clase y Jake cambió abruptamente de dirección, algo ridículo tomando en cuenta que se tardó más en llegar a su clase por intentar evitar a Heeseung.
Incluso en la misma biblioteca volvieron a coincidir. Jake estaba muy concentrado en su tarea de buscar los libros que Sunoo le había pedido -en otro de sus intentos por no pensar en el mayor- pero al extraer uno de los libros, quedó un hueco en el librero y pudo observar como, justo del otro lado, se encontraba Heeseung buscando algún otro tomo.
— ¿Acaso eres un acosador? —murmuró molesto. Heeseung alzó una ceja indignado y estiró su brazo para tomar el libro que Jake sujetaba, el que ocupaba Sunoo.
— Por supuesto que no —reclamó.
— Me estás siguiendo —acusó Jake.
— Tú eres el que se aparece en todos lados —alegó el contrario. A Jake casi le da un tic en el ojo por aquel comentario, enseguida se dio la vuelta y se largó de allí. Pero a pesar de sus constantes evasiones, la situación no parecía mejorar. En otra ocasión, Jake fue corriendo a los sanitarios, pero al abrir la puerta, lo primero que se topó: fue a Heeseung arreglándose el flequillo mientras se observaba en el espejo. Y ante el potente nerviosismo que sacudió su cuerpo, lo único que atinó a gritar fue:
— ¡Maldita sea, ¿también aquí?! —dijo frustrado, para azotar la puerta y correr a los sanitarios del siguiente piso, con tal de no volver a encontrarse con el mayor. Aunque sus intentos fueron abruptamente pisoteados más adelante.
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— No lo soporto —bufó enfadado y cruzando sus pies encima de una de las mesas del aula vacía en el que se encontraba.
— Ya volvió el Jake de hace unos días —soltó Jungwon al tiempo que rodaba los ojos. Pues se había ilusionado con la idea de que Jake ablandaría su molesta actitud con Heeseung luego del día morado.
