Capítulo 6.

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Mientras Seung Min estaba escogiendo unos cuantos bocadillos en la tienda de conveniencia, recibió una llamada de su novio. Leyó el nombre de Hyun Jin en la pantalla, sus manos comenzaron a sudar y no pudo evitar sentir algo de pánico, preguntándose en sus pensamientos si tal vez el mayor creía que ya se había tardado mucho y ahora estaba enojado con él, si le gritaría o lo acusaría de estar en otro sitio.

—Hola, Hyun Jin —contestó en voz baja—. Perdón, yo... aún estoy en la tienda, p-pero estaba por ir a pagar, te lo juro —sintió la necesidad de empezar a dar una explicación casi de inmediato—. No tardaré mucho.

—Oh, no te preocupes —le dijo el más alto—. No quería llamarte para pedirte que te des prisa o algo por el estilo. De hecho, para mí es un alivio escuchar que todavía estás en la tienda, Seung Minie... ¿Podrías comprarme un tazón de fideos instantáneos sabor a queso, por favor?

—¿Eh?

—Todo está bien por acá, las alitas quedaron deliciosas y sé que te gustarán mucho, pero siendo sincero... Cielos, ¿cómo puedo decir esto? —Rio un poco—. Dejémoslo en que me conozco y sé que me quedará algo de hambre. Por eso se me ocurrió pedirte los fideos —hizo una breve pausa—. ¿Podrías comprarlos por mí? Te los pagaré cuando regreses.

—¡Ah! ¿E-era sólo eso? —Dejó escapar una risa corta—. Está bien, Hyun Jin, no hay problema. Te los compraré.

—Gracias, precioso. Nos vemos pronto.

El castaño sonrió al escuchar aquel apodo. Esperó mucho más tranquilo que antes a que Hyun Jin terminara la llamada y se fue a otro pasillo para buscar los fideos que le había pedido.

El resto de la noche fue increíble. Más allá de lo bien que quedó la cena, a Seung Min en verdad le encantaba pasar tiempo con su novio, así como sentirlo cerca y recibir caricias en su cabello y besitos en su sien, mejilla o labios.

Sin embargo, había una cosa que no podía dejar de dar vueltas por la mente del joven de cabello claro... Y no estaba dispuesto a descansar hasta conocer la verdad.

Tardó una semana y media en convencer a Seung Min de salir con sus amigos. Decirle que quería conocerlos mejor no era precisamente una mentira, pero por el momento tenía otro propósito que le parecía más importante.

Yong Bok eligió la heladería que más le gustaba como punto de reunión. No tuvieron problema alguno con dejarlo tomar esa decisión; era lo más justo, era lo menos que podían hacer por él para compensarlo de algún modo por la incomodidad que le causaría estar acompañando a dos parejas ese día. Sabía bien que no podrían llamar "cita doble" a aquella salida mientras él estuviera ahí.

Jeong In llegó con ambos brazos rodeando cómodamente el brazo derecho de su novio: Seo Chang Bin. Ese chico era mayor que él por unos pocos años y, aunque era de estatura más baja, gracias a su rostro se notaba con cierta facilidad que era más maduro. Tenía piel clara, ojos pequeños y oscuros y alaciado cabello corto de un bonito color cobre.

Poco después llegaron también Seung Min y Hyun Jin. Entraron a la heladería todos juntos, ordenaron lo que querían y se sentaron en una mesa redonda casi al centro del lugar. Estuvieron conversando de temas poco relevantes hasta que les llevaron sus postres.

Chang Bin y Jeong In iban a compartir un banana split con mucha crema batida, mientras que Hyun Jin y Seung Min harían lo mismo con un tazón de dos sabores de helado y galletitas de chocolate.

—Son tan lindos, pero me siento ridículamente solo en estos momentos —dramatizó el pecoso tras soltar un suspiro, dándole el primer trago a su malteada de fresa.

—Puedo presentarte a un amigo, si quieres —le dijo Chang Bin amablemente.

—Oh, no, gracias —respondió riendo con suavidad—. No estoy tan mal.

Hyun Jin volteó a ver a su novio y puso en marcha su pequeño plan que, con suerte, lo llevaría a entender qué estaba pasando en realidad y de dónde venía la actitud tan extraña de Seung Min.

—Oye, cielito —lo llamó con cariño—, ¿puedes ir por unas servilletas, por favor?

—Claro que sí —le sonrió—. Volveré enseguida —se levantó de su lugar y fue hacia una larga barra donde había algunos objetos como servilletas y popotes para los clientes.

—No tenemos mucho tiempo —habló Hyun Jin tan pronto como su pareja estuvo lo suficientemente lejos—. ¿Ustedes saben qué le pasa a Seung Minie?

—¿Qué quieres decir? —Cuestionó Yong Bok.

—A veces no puedo entenderlo —frunció el ceño de manera leve—. Por ejemplo, cuando nos encontramos por primera vez en el día, siempre intenta darme su teléfono celular y dice que es para que yo vea que no estuvo hablando con otros chicos en plan romántico o coqueto. ¡Como si no le tuviera confianza! —Explicó—. Y eso no es todo. También me pide permiso para ir a casi cualquier lugar que no sea su escuela o para expresar en voz alta lo que opina acerca de una película, me pregunta si puede usar la ropa que le gusta o escuchar canciones de su banda preferida... Y se pone nervioso, quiere que yo le diga si está bien que coma algo que se le antojó, si debería comprarse alguna cosa para la que ahorró o no... —Soltó un suspiro—. Cuando hablamos por teléfono incluso me pregunta si puede colgar para irse a hacer su tarea o estudiar. No quiero pensar mal ni saltar a conclusiones, pero todo eso me confunde porque me hace sentir que Seung Minie me tiene miedo por alguna razón.

—Oh... —El chico de cabello rosado desvió su mirada hacia el suelo—. Ya sabemos a qué te refieres, es sólo que se trata de un tema delicado. Seung Min hyung no es así de inseguro sólo porque sí.

—Creo que Seung Min debería ser el que te lo diga, pero al mismo tiempo supongo que... no lo haría tan fácilmente —opinó Yong Bok con algo de tristeza en su voz.

—¿Decirme qué? —Preguntó Hyun Jin, más preocupado que antes—. Ya me quedó claro que sí saben algo.

Jeong In le dedicó una mirada indescifrable a su amigo. Ninguno sabía si hablar era lo más apropiado o no, en especial porque la historia era de Seung Min, pero terminaron por estar de acuerdo en que no era necesario contar todos los detalles. Hyun Jin seguramente sería capaz de entender con unas cuantas palabras.

—Todo es culpa de Chae Hyung Won, su exnovio —Jeong In rompió el silencio—. Le hizo mucho daño. Cuando ellos empezaron a salir, parecía ser que estaban hechos el uno para el otro y que todo en su relación sería siempre perfecto, pero después ese desgraciado fue mostrando cómo es realmente...

El chico con pecas se dio cuenta de que Seung Min ya estaba caminando de regreso hacia la mesa, por lo que le hizo una seña al menor de todos para que dejara de hablar.

—El resto tendrá que esperar —murmuró Yong Bok—. O bien, tendrás que pedirlo tú mismo —agregó, mirando a Hyun Jin, quien para ese entonces se encontraba ya un tanto inquieto porque sabía que algo en la historia del pasado de Seung Min no le iba a gustar.

Continuará.

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Muchas gracias por leer. ❤️

¿Tipo de amor? [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora