HOJA EN BLANCO - C.V [TERMINADA]

Epílogo

5 años después.

Shayla ya tenía nueve años, le encantaba jugar con sus hermanos, Jax, era un amor pero Abril, daba miedo. Era un terremoto, le gustaba tirar el cabello de su hermano, y él no le decía absolutamente nada, me daba cuenta o Shayla venía a contarme.

—Niños, a comer. —grité desde el comedor y sentí como los terremotos venían corriendo desde el patio— ¿se lavaron las manos?

—Yo sí. —mi hija mayor sonreía mientras Abril la miraba mal— vamos, los ayudaré.

Mientras organizaba la mesa, escuche la puerta cuando gire el rostro allá estaba él, me guiño un ojo y me mando un beso haciéndome sonrojar ya teníamos treinta y aun así era coquetería y latonería absoluta.

—¿Cómo se encuentra la señora Vélez? —se acercó y me dio un beso— no sabes lo que cuento de horas en el trabajo para venir a darte un beso.

—Basta, me harás llorar.

—No, no llores.

—Sigues siendo tan especial como desde el primer día.

—Bruna, así tenga un mal día, mis problemas se quedan afuera y desde que entro aquí vengo a apreciar y ayudar a la mujer que transformó su vida para compartirla junto a la mía.

—Te ganaste el doble postre. —reí y lo vi mirarme coqueto— decía de la tarta de manzana, grosero.

Me separe y lo escuche reír. —También quiero.

—No, ni lo pienses estoy ovulando y no quiero más hijos, ya viste que no tengo acta para la cirugía y los métodos básicos no siempre funcionan. —me miró alzando una ceja— te mando a dormir a la sala.

—Bien, me rindo yo quería un equipo de fútbol.

Iba a responderle algo, pero mis hijos venían discutiendo con Shayla o mejor dicho Jax había tomado al parecer algo de ella y venía corriendo detrás suyo, tuve que hacer lo más maduro que se me ocurrió. Impuse un silbido que los dejó quietos a los tres e incluso mi esposo se levantó al lado de ellos y me miró en silencio.

—¿Qué pasó, Shayla? —ahora si entendía a mi madre— dime.

—Jax tomó algo de mi cuarto.

—¿Qué hablamos de tomar las cosas de la hermana? —me miro con sus ojitos amarillos y tenía que hacerme la fuerte— dame eso.

Se acercó y me entregó el libro, arrugué mis cejas porque no recordaba haberle regalado este libro a Shayla, tenía la marca de Wattpad. Levanté mi mirada y la vi sonrojada, tenía que hablar con mi hija.

—¿Quieres hablar? —levante un ceja y el libro— puedes confiar en mí.

—Mamá, un amigo me presto el libro para leerlo, no quería pedirles dinero porque sé que tienen muchos gastos.

—Ven aquí. —se acercó y me abrazó levante la mirada a mi esposo que abrió la boca negando— quieto.

—No, no, nooooo. —eso me recordó a Aura, Shayla y mis otros hijos— yo también hice eso con tu madre, mira ya somos una familia de cinco.

Mi hija levantó la mirada y luego miró a su padre asombrada.

—¿Es cierto mamá?

—Sí, tu padre y yo nos conocimos desde kinder pero no hablamos hasta los siete años, me regaló el libro del principito y bueno escribimos nuestra historia.

—¿El libro que lees cuando papá se va de viaje? —asentí y me miró maravillada— ¿Tienen un libro?

—Sí, cuando tus hermanos nacieron, tu padre me regaló un libro para escribirlo.

—¿Puedes leernos? —asentí y saltó feliz para luego abrazar a su papá— tengo nueve años, ok, ya entendí todo. Pero me gusta el libro y te prometo que si pasa algo vendré a contarles.

—¿Lo prometes? —asintió y beso su mejilla— Dios, Shayla, deja de crecer.

—Y tú, deja de envejecer anciano. —me reí y me miro retandome— niños a comer.

—Esperen, ¿cómo se llama el libro? —nos miramos y sonreímos— es raro cuando hacen eso.

—En blanco. —respondimos al tiempo y me mando un beso mientras alzaba a mis gemelos y él abrazaba a Shayla.

¿Qué más puedo pedir a la vida? Nada, solo agradecer al autor del principito por enseñarme a ver con los ojos del corazón y la literatura me dio al amor de mi vida, para construir una familia, en blanco.

Cuidado que los libros forman familias.

Fero <3