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Había llegado a casa con el uniforme roto, era nuevo pero no había sido mi culpa una niña me empujo y no tuve donde sostenerme, así que me enrede con una silla que estaba dañada y mi falda se rompió un poco. Ya había hablado con mamá de lo que Yant me dijo, pero después de verme despeinada y con la falda rota me habló que la violencia no era la solución para los problemas que se presentaban, ella también sabía que yo no era de peleas pero le gustaba que le dijera las cosas y como no lo hacía pues. Llamaba mi atención restringiendo algunas cosas, estaba bien para mí, nunca me regañaba pero no le gustaba que guardará silencio cuando no era mi culpa, nunca lo era.

—Bruna, hija, siento decirte esto. —voltee a mirar a mamá y abrí mis ojos negando— no puedes ir a la casa de tu amigo.

—Pero, má. —mis ojos se llenaron de lágrimas, tenía rabia, creo nunca la había sentido antes.— no es justo.

—¿Quién te empujó?

—Nadie, me caí sola.

—Bien, ve a cambiarte y baja a comer.

Cruce mis brazos y me fui corriendo por las escaleras cuando llegué a mi cuarto me acosté en mi cama boca abajo llorando, era la primera vez que tenía un amigo, quería hacer las tareas con alguien y por culpa de esa niña tonta no podía ir. Sentí como arrastraban mi cobija y me giré a ver a mi hermanita, Aura, sus rizos dorados y esas mejillas rosadas pero gordas me hicieron levantar cuando alzó sus brazos por verme llorar, como pude la tome y la subí conmigo a la cama. Sus grandes ojos se abrieron al ver mis lágrimas, puso una de sus manitas en mi mejilla y recostó su cabeza contra mi pecho.

—No ole... —reí mientras trataba de limpiar mi nariz con una toalla que tenía al lado, en su idioma me estaba pidiendo que no llorará era la que siempre me defendía de todo.

—No, ya no voy a llorar más. —la abrace y puedo jurar que si mamá subía y me encontraba así iba a tomar una foto porque como dije nunca me gusto ser así— voy a cambiarme.

—Ben. —la ayude a bajar con cuidado de la cama y salió corriendo del cuarto mientras sus rolos saltaban a su ritmo, salí un poco del cuarto y la vi sentarse en la escalera con cuidado bajando así y vi a mamá en la última de estás esperándola, así que me retire nuevamente a mi cuarto.

[>>>]

Ya estaba haciendo mis tareas en la mesa de la sala, cruzada de piernas en el piso, no me gustaban las sillas. Las matemáticas me gustaban por eso no era tan difícil hacerlo rápido para al menos ir a ver las revistas que le había regalado a mamá, pero una voz me hizo alzar la vista y la vecina estaba con yant al lado del mueble y mamá frente a mi mesa. Me sonroje al ver que todos me miraban, así que con cuidado me levanté y sacudí mi short, arreglé mi camisa y hoy sí tenía mi cabello recogido.

—Me gusta el moño que tienes. —me habló Yant y abrió sus ojos sonrojándose— digo, Hola Bru.

Aura, vino corriendo hacía mí y se abrazó a mi pierna viendo con desconfianza a yant, me causó gracia la situación. Mamá y la señora empezaron a reír hasta que mire a la mía y entendió.

—Vinieron a verte hija.

—Pero...

—Dije que no podías salir, no que vinieran a verte, señora Vélez. Le gustaría un café. —la miro y la señora asintió avanzando hacía ella giró su cabeza para alzar la mano y saludarme, acto que repetí con cortesía— Aura, mi amor, ven vamos a comer chocolate.

Como si hubieran dicho la lotería, se soltó y corrió a la cocina moviendo sus caderas de lado a lado, cuando entraron a esta voltee a mirar a Yant.

—¿Por qué viniste?

—Ah, vine cuando saliste corriendo del colegio, yo no vi lo que nadia te hizo. Pero sé que fue culpa de ella, así que cuando Lusita te estaba limpiando hablé con tu mamá, le dije que si podía venir pero que debía hablar con mi mamá y aquí estoy. —respiro profundo y me reí— hablé muy rápido.

—Mejor siéntate, no importa lo otro no quiero hablar, pero gracias por venir. —me senté en lugar de antes y miro mis cuadernos— ¿Ya hiciste la tarea de matemáticas?

—No, es que no entiendo algo. —hizo una mueca y vi que sacó algo de su bolso que traía— mamá me dejó traer uno solo.

Me lo dejo sobre mi cuaderno y lo tome asombrada, era el libro del principito, se veía muy bonito, sabía que tenía dibujos pero eran poquitos. Lusita, me lo había estado leyendo en el colegio, me encantaba.

—Puedes rayarlo de colores si quieres. —Alce mi vista y también mis cejas— le pedí permiso a mamá.

—¿Es tuyo? —asintió y me confundió más— ¿por qué me dejas rayarlo?

—Es que siempre te veo leyendo con lusita y también lo haces, siempre estás sonriendo, así te ves muy bonita. —sus mejillas se sonrojaron y las mías sé sentían calientes, eso jamás me había pasado— y también quiero leerlo contigo o después de que lo rayes todo.

—No sé qué decir. —arrugue mis cejas y mire el libro lo levanté y deje aún lado, ya había terminado la tarea la verdad me quedaba hacer la de español así que solté un suspiro, cerré mi cuaderno de princesas que tenía olor a frutas y lo alcé— gracias Christopher, te presto la tarea de matemáticas, ¿hiciste la de español?

Abrió sus ojos y me recibió mi cuaderno mientras se sentaba al lado de la otra mesa, sacó su cuaderno de carros del bolso, reí por su acción.

—Sí, antes de venir la hice. —abrió mi cuaderno con cuidado y se acercó a él olfateando y luego me miró— huele a fruta.

—Sí, es delicioso. Bueno, haz la tarea de matemáticas mientras yo hago la de Español y si quieres luego te leo algo del libro.

No levanté mi mirada al hablar, saqué mi otro cuaderno y lo abrí leyendo la actividad que tenía que hacer, me daba pena mirarlo.

—¿Vas a leerme?

—Sí.

—Sí quiero. —lo vi de reojo y estaba sonriendo mientras sacaba sus cosas para escribir y gire mi mirada, mamá y la señora Vélez nos miraban desde la cocina riendo, eso me hizo inflar mis mejillas. —Si necesitas algo de Español me dices.

—Ajá.

—Bien.

En ningún momento ninguno dijo algo, éramos dos niños haciendo tareas y luego de eso íbamos a leer un libro para rayarlo, los adultos hacían mucho alboroto.


Un niño de siete años le regala un libro para que Bruna, lo raye y sonría es lo único que necesitamos todas e incluso de grandes, permiso

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Un niño de siete años le regala un libro para que Bruna, lo raye y sonría es lo único que necesitamos todas e incluso de grandes, permiso.

Fero <3

HOJA EN BLANCO - C.V [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora