🕰️ XII. Veritas

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Cuando recibieron el permiso desde dentro, Sebastian abrió la puerta y dejó pasar primero a ambos jóvenes, para luego entrar tras ellos y cerrar esta a sus espaldas; dentro había aroma a opio, aunque la joven no supo distinguirlo, sólo sintió un olor amargo pero no desagradable.

– ¿A qué huele?

– Opio.

– Oh.

Tn levantó ambas cejas con curiosidad, observando el lugar y las dos personas.

La oficina tenía decoración asiática. El hombre chino tenía vestiduras claramente chinas, de cabello negro y sus ojos estaban cerrados, tenía una larga boquilla por donde fumaba aquello que despedía ese olor amargo, y sobre el regazo tenía sentada a una joven bastante bonita, de ojos dorados y cabello negro, con unas trenzas y lo que parecían cuernos, vestida con una prenda de corta falda.

– Bienvenido, Conde –saludó.– ¿Quién es la chica? Me gusta su falda –señaló y le dio una calada a la boquilla.– Te quedaría bien una así, ¿No lo crees, Ran-Mao?

La nombrada sólo asintió, sin decir ninguna palabra.

– Ella es Lady Tn Edevane, está ayudándome en la investigación –la miró.– Tn, él es de quien te hablaba, el señor Lau, y su asistente Ran-Mao.

– Hola –saludó el hombre, sonriendo y moviendo una mano. La joven china hizo el mismo gesto con su mano, sin cambiar su inexpresión.

– Mucho gusto –sonrió, flexionando ligeramente las rodillas para hacer una pequeña reverencia.

– "Edevane"... –murmuró.– Creo que he oído ese apellido antes, ¿Tú no, Ran-Mao? –ella asintió.– Uhm... ¿No es el apellido de esa mujer psíquica?

– Sí. Tn posee ese don.

– Así que es como una bruja.

– No, sólo tiene un don.

– ¿Y por qué es la falda corta? No me quejo, me gustan las faldas cortas, pero nunca vi una niña con una falda tan corta.

– Olvidemos la falda de Tn, no vengo por eso.

– ¡Oh! Nunca creí verlo celoso, Conde –rió, provocando que ambos menores se sonrojen.

– ¡C-Cállate! –chasqueó la lengua.– Como sea, vengo por información.

– ¿Sobre qué? –le dio una calada a la boquilla con opio.

– Cocaina. ¿Sabes algo de su distribución?

– Creo que algo he oído...

Lau abrió un cajón y sacó un cuaderno, el cual comenzó a revisar hasta que encontró lo que buscaba.

– Aquí –sonrió.– En efecto, recientemente han estado importando cocaina del puerto. La entrega fue hecha en una farmacia de Londres. Es la única farmacia que recibe cocaina –cerró el libro y lo dejó sobre el escritorio.– Díganme, ¿Qué están investigando?

– Es sobre los asesinatos recientes y las profanaciones de tumbas.

– ¡Oh! Qué interesante. ¿La señorita psíquica ha descubierto algo? –preguntó, señalándola.

– Bastante cosas. Ella obtiene pistas realmente buenas gracias a su don, así que es una excelente compañera de trabajo.

La joven esbozó una pequeña sonrisa, con un ligero rubor.

– Adorable –rió.

– Necesito la dirección de la farmacia que recibió el cargamento, ¿La tienes?

Atemporal 🕰️ Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora