Tn soltó la muñeca del último cadáver, el de la mujer que en su visión fue arrastrada por el sospechoso hacia el sótano, y soltó un jadeó, abriendo los ojos; dio unos pasos hacia atrás, para alejarse del hueco lleno de cadáveres, y volvió a acercar ese pañuelo a su nariz, el cual estaba lleno de manchas carmesí.
Ciel se acercó a la joven, tomando una de sus manos, y la guio hacia un banquito que Sebastian acercó para que se sentara.
– Es suficiente, Tn. Deberías descansar –dijo un preocupado Conde.
– Sí...De todos modos...ya las revisé...a todas –sacó su inhalador y lo acercó a su boca.
– Está pálida ya, tal vez fue demasiado trabajo –comentó el mayordomo.– Habría que darle algo dulce, puede que eso la haga recobrar energías.
– Preferiría que descansara.
– Estoy bien –guardó su inhalador.– Puedo hacerlo, puedo usar mi don todavía, sólo...necesito algo para mi dolor de cabeza.
– Tn, no. Es suficiente por hoy.
– Pero yo-
– Descansa por hoy. No quiero que termines lastimada por abusar de tu don. Hazme caso.
– ...Está bien. Haré lo que dices.
– ¿Qué viste?
– Ellas... –miró los cadáveres.– Ellas eran prostitutas. Williams las trajo a su casa para...eso, pero en su lugar las asesinó, la voz del demonio se lo ordenaba.
– ¿Por qué están en ropa interior?
– Para que puedan entrar más en el hueco en la pared –lo miró.– Quemó los vestidos afuera, debe haber quedado una marca negra de las cenizas y fuego.
– Deberíamos hablar con el señor Deering ahora.
– Tendríamos que llevar la caja.
– Dijiste que era peligroso tocarla.
– Lo haré yo, tal vez no me suceda nada.
– No, no te arriesgaré más –miró al pelinegro.– Sebastian, encárgate. A ti no puede pasarte nada.
– Entendido –sonrió, llevando una mano a su pecho para hacer una reverencia.
– ¿Puedes pararte, Tn?
– Claro.
– Déjame ayudarte.
Ciel tomó una de las manos de Tn para ayudarla a levantarse, dobló su brazo para que ella se sujetase de él, y ambos caminaron, yendo a un paso tranquilo pues él no quería que ella se marease ni nada. Sebastian lo siguió.
– Puedo cargar a la señorita Tn hasta el carruaje, Bocchan.
– Ser tocada por un demonio la pondrá más nerviosa, así que no. No quiero que esté más estresada de lo que ya está.
La joven y el mayordomo rieron.
– Ciel...Sigo aquí, te escucho.
– No pretendía que no me escuches.
– Parece que realmente quiere cuidar de lady Tn, Bocchan –sonrió.
– ¡¿Qué insinúas?! –gritó, mirándolo.
– Nada. Usted se delata solo.
– ¡¿Ahhh?!
– Ciel, aturdes mis oídos...
– Ugh –exclamó, mirándola.– Lo siento.
Los subieron las escaleras para volver al carruaje; el mayordomo ayudó a los jóvenes a subir, volvió a la casa para buscar la caja, y regresó al vehículo, subiendo a él. Los caballos comenzaron a avanzar, tirando de él.
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Atemporal 🕰️ Ciel Phantomhive
Fanfic❝Atemporal: no hace referencia a un tiempo específico.❞ Tn vive en el Siglo XXI; Ciel vive en el Siglo XIX. Tn Midford es una joven normal de 13 años del Siglo XXI. Por la mañana estudia en una secundaria privada en Londres y por la tarde asiste a u...