𝐷𝑜𝑠

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El día cursó simple y cuando llegó la tarde era hora del entrenamiento, así que envainó su espada y se encaminó al campo destinado a las artes, los chicos aguardaban por ella en filas perfectas, tan ordenados como acostumbraban ser y con rostros lo bastante serios, casi intimidantes sobretodo por el hecho de que los muchachos eran solo adolescentes. 

– ¿Qué tal, chicos?

Respondieron al unísono mientras Visenya reía, los adolescentes relajaron su posición y comenzaron a dar brincos para preparar sus cuerpos en la espera de la llegada de los otros entrenadores, Nya se encargaba de enseñarles tácticas de defensa y a veces, de batalla cuerpo a cuerpo.

– Tomen un canne y busquen una pareja.

Visenya lanzó uno de los bastones de combate a una chica frente a ella y se permitió comenzar el entrenamiento, los movimientos debían ser rápidos y certeros, la duda te haría caer y así fue como la chica termino enterrada en el suelo, con el bastón lejos de sus manos e indefensa ante su oponente.

La monarca le tendió la mano para que se levantase y ella la tomó, se sacudió y Visenya le lanzó el canne que le había quitado hace unos momentos para que así ellos continuaran por su cuenta, comprendiendo el ejercicio.

– Ganas porque eres muy alta y delgada... – la risa de Astoria a sus espaldas la hizo voltearse y besar su mejilla, ella le rodeó la cintura desde la espalda.

– Eres tan alta y esbelta como yo, eres toda una belleza..

Astoria la dejó entre risas, ayudando al equipo con el entrenamiento mientras regañaba a algunos por hacerlo de manera inadecuada, nunca hiriéndolos pero si molestándolos un poco con sus bromas pesadas.

Las llegadas no cesaron, Theodore, Aerys y Aerion estaban de pie, observando seguramente la anterior batalla de Visenya, Aerion se acercó sin dudarlo, tentándola en lo que ella desenvainaba su espada.

– ¿Un combate pequeño?

– ¿Estás retando a tu hermana mayor?

El le brindó la sonrisa más placentera que pudo y ella alzó su espada, el combate comenzó tan rápido que no notaron el abultado publico, en un momento se creía que Visenya ganaría pero cuando Aerion la desarmó se creyó todo esperanza perdida.

Sorpresa fue cuando sujetó la hoja de su espada y la doblegó en sus manos, empujando el cuerpo de su hermano impulsando su pie y haciendo que este ultimo perdiera el equilibrio y diera a los palos de madera a sus espaldas, cayéndose algunos sobre el.

– No se como mierda haces eso... – gruñe, levantándose con dificultad, había dolido.

– Tantos años, ¿y nunca has visto la posición de mis manos?

Le devolvió su espada a Aerion y este recogió la suya, envainándola por ella, besó sus mejillas en señal de despedida y el continuó su camino hasta difusar a los chicos que habían presenciado la pelea tan atentos como podían.

Theo y Aerys se acercaron con dos sonrisas triunfantes ocultando los brazos tras sus espaldas, observando como los demás entrenaban con Astoria y Aerion en dos grupos distintos.

– Siempre ese truco bajo la manga – Aerys hizo una mueca que no pudo ella distinguir – Es predecible, debería de modificar o adquirir una nueva técnica, majestad.

Visenya se acercó a su cuerpo, tomando la pequeña daga que el más alto cargaba entre sus pantalones mientras mantenían una pequeña conversación.

– ¿Cómo logra el truco de las manos? – Aerys preguntó ante la atenta mirada de su amigo.

Valensys | Aemond Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora