Cap. 2. Un muy costoso cofre Qiankun

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Capítulo 2

Un muy costoso cofre Qiankun

Lan Huan

Nombre de cortesía: XiChen (Primero en la lista de los amos apuestos)

Título: ZeWu-Jun (Primer Jade... heredero al trono Lan)

Altura: 188 cm

Espada: ShuoYue (Luna Nueva)

Instrumento: Liebing (Flauta o Xiao)

Agregado mío: Tanto Lan WangJi como Lan XiChen son Beta, siendo su mismo hermano quien le ocultara su verdadera sexualidad a Lan Zhan al saber que el joven con TEA, se le hace difícil mentir, manteniéndolo oculto durante muchos años, alegando ser Omega y Lan WangJi Alfa, ya que ser Beta, no era muy bien visto en aquella sociedad donde todo debía ser blanco o negro, sin matices de grises.


~Lan XiChen~

Un variopinto de cajas, bolsas y cofres adornaban el salón principal de juntas, en donde las reuniones con las sectas y los clanes principales de China se ejecutaban cada año o cada vez que se requiriera efectuarlas en nuestros recintos sagrados de la ciudad de Gusu, en los Recesos de las nubes.

Era el cumpleaños número veintisiete de mi hermano WangJi y ya era tiempo que entre nuestro tío Lan Qiren y yo, tuviéramos una muy seria conversación con mi tozudo hermanito menor, el cual estaba a punto de cumplir los treinta y aun no se había casado.

Para un Lan, el llegar a dicha edad sin un compromiso formal y un renombrado matrimonio era lo peor que se podría esperar de un monarca como nosotros, aunque yo había accedido a casarme a la misma edad que hoy cumplía mi hermano por amor y no por compromisos reales, lo menos que le deseaba a mi pobre hermanito, era que pasara el trago amargo de contraer nupcias con quien él no quisiera y mucho menos que pasara la terrorífica noche de bodas de la cual yo había sido participe, y en la que el líder del Clan Nie... el "ilustre" ChiFeng-Zun, había logrado destrozar cada uno de mis anhelos sobre la institución sagrada del matrimonio.

No me gustaba recordar aquello, de hecho intentaba emular los días hermosos de noviazgo que había pasado junto a él, cuando su dulzura era mayor a su lujuria y sus encantos sobresalían por sobre la rudeza de su casta bovina, Nie MingJue había sido un hombre duro, integro, un Alfa líder de su Clan y todo un caballero, hasta aquella noche.

Paseándome por las diversas mesas del salón principal de juntas mientras los discípulos y yo esperábamos al cumpleañero, los recuerdos del cortejo más hermoso jamás entregado por un caballero como el General de las Fuerzas Armadas Chinas, Nie MingJue... se agolparon en mi cabeza como los pétalos del cerezo que caían copiosos en el boscoso suelo de otoño.


5 Años antes

La fortaleza Qinghe del Reino Inmundo era una enorme y rudimentaria estructura rodeada por altos muros de acero y piedra que la hacían inaccesible por cualquiera de los puntos cardenales.

A simple vista era un lugar que podía llegar a dar miedo a cualquiera que la visitara por primera vez, pero como hermano jurado del líder de aquel respetado recinto militar, conocía a la perfección cada rincón del Reino Inmundo y su nombre no le hacía justicia a la belleza de aquel extraordinario lugar.

En él vivían miles de militares junto al heredero al Reino, El general Nie MingJue... el cual me pretendía desde hacía ya un tiempo, lo suficientemente prudente como para pedir mi mano en matrimonio y haber aceptado de mutuo acuerdo a dicho enlace matrimonial, realizando el respectivo anuncio en una fiesta sin igual en la que repudié a mi pobre hermanito jurado Meng Yao, quien –para aquel entonces- aún sufría el rechazo de su padre y de su familia, los Lanling Jin... quienes no habían querido aceptar a A-Yao como uno de los suyos, siendo Nie MingJue quien lo acobijara en su fortaleza, dándole estudios y enseñándole a ser un excelente cultivador.

Por Siempre JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora