Cap. 3. Yunmeng Jiang

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Capítulo 3

Yunmeng Jiang

~Jiang Cheng~

Dicen que el tiempo cura todas las heridas y ayuda a que corazones rotos sanen y olviden más fácilmente, pero en realidad son puras falacia, el corazón que en verdad a amado jamás olvida, jamás sana y siempre recuerda a su primer amor aunque jamás haya sido correspondido.

Se decía que los Lan tenían por costumbre amar una sola vez en la vida y aunque yo no era uno de ellos, mi corazón se resistía a derramar todos y cada uno de sus ocultos sentimientos en alguien más que no fuera el segundo Jade.

Desde tiempos inmemoriales, el joven príncipe y segundo al trono de la monarquía Lan me había cautivado no solo por su taciturna y delicada forma de ser, HanGuang-Jun era el estereotipo ideal para ser mi pareja.

Era un joven tranquilo, educado y obediente de las leyes monárquicas y judiciales, estricto en su carrera y su educación hasta que tuvo la desgracia de toparse con Wei WuXian y su carente respeto por lo humanamente correcto, pero... ¿Qué se podía esperar de una persona que había sido criado por los Qishan Wen y recogido de las peores alcantarillas de la ciudad de Yiling?... nada bueno por supuesto.

Wei WuXian era desvergonzado, promiscuo y descarado a cantidades industriales, usaba su belleza y atractivo físico para cometer las peores bajezas jamás imaginadas, y aunque su hermana terminó convirtiéndose en la mía por circunstancias del destino; por más que tratara de llevarme bien con el cretino jamás pude lograrlo.

Los padres de los hermanos Wei murieron en un fatídico accidente dejándolos huérfanos a muy temprana edad, Yanli fue encontrada sola muriendo de hambre en los suburbios de la ciudad de Yiling, mientras Wei WuXian había sido reclutado por los Wen, dejando a su hermana sola y desamparada.

Jiang Yanli, quien ahora porta mi apellido como hija legitima de los Jiang, jamás pensó mal de su hermano biológico por abandonarla, ella solía ver el lado bueno de las personas aunque no las tuvieran y por supuesto jamás pensaría que su amado hermanito la hubiera dejado sola y a su suerte, culpando a los Wen por su adoctrinamiento como uno más de sus perros fieles.

Pero no es de Wei WuXian y su desordenada vida lo que me traía justo ahora pensativo y meditabundo, mi enfoque en estos precisos momentos era la misiva enviada por la monarquía Lan sobre un Cortejo Nupcial para el segundo jade en su cumpleaños número veintisiete.

Aún recuerdo el día en que mi hermana Jiang Yanli corrió con total desesperación, por todo Yunmeng buscándome hasta encontrarme.

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Una semana atrás.

Con mis pies desnudos dentro del lago y un tallo de Loto en mi regazo, me encontraba descansando luego de una insufrible semana de casos que no paraban de llegar al juzgado, tomándome un tiempo libre para despejar la mente, mientras desconchaba semillas de Loto y bebía vino de una pequeña botella de porcelana artesanal.

—¡A-Cheng!... —Pude escuchar desde la distancia, la voz de mi hermana llamándome con insistencia—. ¡A-Cheng!... ¿En dónde estás? —Uno de los discípulos de Yunmeng le indicó a mi hermana adoptiva en donde me encontraba, escuchándole llegar como caballo desbocado por todo el muelle de madera, haciendo resonar los tablones debajo de ella—. Cheng, Cheng... querido... mis rezos han sido escuchados. —Me abrazó por detrás, arrodillándose en el suelo.

—¿Qué ocurre, A-Jie? —Pregunté a mi hermana de forma cariñosa sobre su estado de ansiedad y exaltación.

—Mira lo que ha llegado directo del reino de Gusu, mi querido A-Cheng. —Me entregó una misiva con el estandarte de las nubes que fluyen, tomándola rápidamente entre mis manos, leyéndola en voz alta.

Por Siempre JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora