Capitulo 1 "Siempre puedes editar una mala página,pero no una página en blanco"

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El sonido de una campanilla junto al golpeteo de unas teclas conforman la característica melodía de una máquina de escribir antigua,una completa sinfonía para los oídos de los "Amateurs" y aquellos experimentados en el arte de la escritura

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El sonido de una campanilla junto al golpeteo de unas teclas conforman la característica melodía de una máquina de escribir antigua,una completa sinfonía para los oídos de los "Amateurs" y aquellos experimentados en el arte de la escritura.

La azabache orquestante detuvo su escribir al dejar sus delgados dedos tendidos en el aire,apenas rozando las teclas. Su mente divaga con rapidez más sin embargo sus ojos,al igual que el resto de su cuerpo,se mantenían fijos en un solo sitio.

Esta sacudió su cabeza para espavilarse al percatarse que se había perdido en el algún lugar su desordenada cabeza. Intentó retomar su trabajo pero obtuvo el mismo resultado,cuerpo fijo,manos suspendidas y mente perdida.

La frustración llenó su pequeño cuerpo haciéndola levantar de su sillón,como si se hubiera pinchado el trasero con un alfiler,y tirándole al suelo causando un estrépito. Cubrió su rostro con sus manos ,alargó un suspiro y miro la máquina frente a sus ojos, suplicándole a su cerebro un poco de colaboración.

Nada paso,eso le frustró más.

Tiró con fuerzas la máquina de escribir de su escritorio junto a un montón de papeles y lapiceras,se arrepintió al minuto al ver todo esparcido por el piso. Rodeo su escritorio,sus pies descalzos pisaban los pequeños claros de madera para no pisar ni un solo papel,se puso de cunclillas e inmediatamente tomo todas las hojas desperdigadas entre sus manos.

La jóven azabache se llevó todas estas a su pecho,un perdón silencioso hacia su trabajo.

Sus ojos azules parecían descansar sobre unas cunas oscuras,unas ojeras que en su rostro no parecían ser ningún tipo de defecto,más bien le hacían ver como una nayade que fue creada bajo el concepto artístico de Tim Burton;retuvo las lágrimas haciendo que sus ojos picaran y su vista se nublara.

Un bloqueo repentino,a mitad de su trabajo más prometedor.

Una novela cuya trama investigativa se basaba en los casos policiales de un conocido.

-¡Charls! ¿Puedes bajar un segundo?-una voz se escuchó en la lejanía,con un nudo en la garganta la azabache contestó:

-¡En un momento!-dicho esto paso al menos un minuto para que la jóven colocará sobre sus piernas e impulsará para levantarse.

Con las mangas de su suéter de lana, arremetió contra aquellas lágrimas que amotinaron con salir de sus ojos,ahora ya completamente secos,a pasos lentos se desplazo por su despacho hasta salir y viajar entre pasillos entre tambaleos torpes. Como si estuviera embriagada de por el aire.

Bajó las escaleras entre pequeños saltos casi imperceptibles hasta el piso inferior,continuando con sus andanzas extrañas mientras aquella falda larga color crema le revoloteaba de manera ligera por la pequeña brisa que circulaba.

Llegó hasta una sala repleta de antigüedades,como el resto del hogar,pinturas viejas adornan sus paredes junto a estantes con libros y jarrones e incluso piedras decorativas.

Muebles tapizados en cuero y una telaraña de cristal que se lucia desde el techo.

–¡Charlsrose Von Der Chanton!–al escuchar su nombre la joven dió una media vuelta con lentitud en dirección de aquella voz demandante.

–Mi querida Signy–le dió una cálida sonrisa llena de culpabilidad,como la de un niño que es atrapado en plena travesura.

La señora de cabello rubio canoso recogido en un moño apretado,apuntó con su dedo a la pelinegra.

–¡Mire que horas son estas,señorita! He sido muy condescendiente con usted,son casi las dos de la tarde y no has probado ni un bocado de comida–regaño severamente.

Charls estuvo apunto de protestar pero fue interrumpida por la ama de llaves.

–Y no pienso tolerar está conducta,el trabajo no es ningún tipo de excusa para saltarse sus comidas–dicho esto la señora Signy tomo de un brazo a Charls y le jaloneo por los pasillos hasta llegar al comedor.

–Es que tengo un bloqueo de escritor–comento Charlsrose mientras reposaba su cabeza sobre la rígida madera de su mesa.

–¡Jo! ¿Y como no va a tenerlo? Su cerebro le está exigiendo nutrientes–la señora Signy tomo la cabeza de Charls y la sacudió levemente mientras comentaba,con su seño fruncido por la molestia que le provocaba que Charls se saltará sus comidas.

La castaña no comento nada y se resigno a comer todo lo que su ama de llaves puso sobre su plato con un aura pesimista rodeándola.

Ya pasada su tiempo de comida,Charlsrose se dirigió con pasos pesados a su estudio de trabajo a tratar de retomar las riendas de su creatividad,el cual es sin duda un caballo salvaje

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Ya pasada su tiempo de comida,Charlsrose se dirigió con pasos pesados a su estudio de trabajo a tratar de retomar las riendas de su creatividad,el cual es sin duda un caballo salvaje.

Su escritura era su más grande orgullo artístico,mucho más que la danza o la pintura. Era su joya de la corona.

Cuando la castaña estuvo a punto de tomar el pomo de la puerta a su estudio,una mano en su hombro le hizo sobresaltar.

Su respiración de calmo con rapidez luego de ver que era una de las mucamas  de la mansión,específicamente es uno de los tantos ojos de la señora Signy en ese hogar.

–Mis disculpas,Lady Charlsrose–la muchacha agachó levemente la cabeza en señal de una sutil reverencia–le ha llegado un telegrama urgente,es de Black  Manor–menciono mientras le entregaba un pequeño papel en mano.

«Black Manor» pensó,sus manos comenzaron a sudar y su espalda se sentía tan fría.

Sentía que en cualquier momento iba a vomitar lo que recién había comido. La sola mención de ese lugar le causaba malestar,nervios sobretodo.

Dudativa miro a la mucama una última vez antes de ver el contenido de aquel papel entre sus manos.

TELEGRAMA

Origen: Black Manor Asunto: Urgente
Destinatario: Charlsrose Von Der Chanton

“El Gran Duque de Shrewsbury,lord Nicholas Von Der Chanton,ha fallecido.
Se requiere vuestra presencia en Black Manor,de manera inmediata,para proceder con los preparativos para el funeral de nuestro señor."


Los ojos de la joven dama parecían apunto de salirse de sus cuencas,y por más que leyera una y otra vez en contenido de aquel telegrama, simplemente no podía creerlo.

Su abuelo había fallecido.

Sus piernas comenzaron a flaquear,fue cuestión de segundos para que parte de su cuerpo chocará contra el suelo generando un ruido fuerte y seco.

–¡Lady Charlsrose!–bramó la mucama,quien entro en gran pánico al ver como lágrimas salían a borbotones de los ojos de su jóven señora.

Charlsrose sentía como de lo más profundo de su garganta,el dolor se convertía en sonido.

Un grito desgarrador se escuchó por todo Mount Blanc Hall.

𝘿𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 𝙮 𝙩𝙞𝙣𝙩𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora