Capitulo 5 "A veces lo que necesitas es un poco de alcohol en la sangre"

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Mi cuerpo tendido sin pudor alguno sobre el suelo junto a la compañía de papeles regados a mi alrededor daban sin duda de que hablar

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Mi cuerpo tendido sin pudor alguno sobre el suelo junto a la compañía de papeles regados a mi alrededor daban sin duda de que hablar. Cualquiera que viera mi demacrado aspecto podría pensar que he caído en una locura,o talvez que había ingerido algo del buen alcohol que estaba entre los escaparates de la oficina.

Pero la verdad era que no había ingerido ni una sola gota de aquellas bebidas,mi terrible aspecto era debido a la locura causada por el estrés de no dormir,porque mi mente no podía alejar las angustias que provocaban esas deudas por pagar durante las noches.

Revisaba mañana,tarde y noche,con cuidado cada hoja y sus respectivas palabras con detenimiento,tratando de no dejar pasar nada por alto,mientras verificaba los hechos de dichas demandas.

Mi mente daba vueltas,como si todo mi cuerpo estuviera sobre un carrusel,el techo se contorsionaba ante mis ojos debido al mareo.

Cerré mis ojos,en un intento de calmar los mareos y evitar un muy posible vómito futuro que quisiera salir de mi cuerpo. Al hacer esto,me deje llevar por los sonidos pasibles del exterior,la venta entreabierta del estudio daba bienvenida a la refrescante brisa típica de Octubre.

El cantar de los pajaritos se llenaban sus oídos provocándole un poco de tranquilidad.

Hace tres días que había sucedido el funeral,desde entonces solo se había mantenido cautiva en aquel despacho presa por la angustia de resolver los problemas antes de que se hicieran más grandes.

El día de ayer había tenido que hacer recorte de personal,por eso ya no se escuchaba el típico bullicio de Black Manor,ahora solo se podían apreciar los sonidos del exterior.

Obviamente,los miembros de la servidumbre lo entendieron,tantos años trabajando para dicha familia los hacían concientes de todas las situaciones, incluso la financiera. Ellos eran prácticamente parte esa familia,aunque no se dijera en voz alta.

No podría olvidar ni un poco sus rostros.

Ahora la gran mansión Black Hell Manor se tenía que sustentar con tan solo una servidumbre de cinco personas,entre ellas el jefe de mayordomos el viejo señor Byron,su fiel ama de llaves la señora Signy,quien vino de inmediato desde Mount Blanc Hall apenas se enteró de la horrorosa situación.

Dos muchachas que rondaban los veinticinco años,que para opinión de la señora Signy eran tan vivaces y risueñas como esos pajaritos que siempre estaban sobre el alféizar de la ventana de la sala de estar principal.

Un hombre,que podría decirse que aparentaba la misma edad que el Conde Spencer,era el jefe de cocineros. Ahora siendo un chef solitario en esa gran cocina.

Oh,el conde Spencer,que vergüenza el que me haya escuchado soltar tal blasfemia,y vaya reprimenda me llevé.

El solo recordar dicho hecho,aún con los ojos cerrados,lleve mis manos a mi rostro en un intento vano de aliviar la calidez que se sentía en mis mejillas.

Un suspiro cálido sobre su oído le hizo sobresaltar,se sentó en el suelo con sus manos aún tocando su rostro.
Su ansiedad talvez le estaba jugando una mala pasada.

Pero su cuerpo seguía sin olvidar esa sensación sobre su oreja,fue algo tan vívido que se forzaba a creer que solo fue su mente trastornada haciendo efecto por la falta de sueño.

Pero su cuerpo seguía sin olvidar esa sensación sobre su oreja,fue algo tan vívido que se forzaba a creer que solo fue su mente trastornada haciendo efecto por la falta de sueño

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–Debes de comer,Charls–regaño por décima octava vez la señora Signy a la jovencita. Su rostro enfadado estaba a punto de comenzar a ponerse de un vívido rojo tomate.

Charlsrose,que ahora estaba sentada en el cómodo sillón frente al escritorio,sin levantar su vista a su ama de llaves continuo firmando y leyendo documentos.

–Comeré más tarde–murmuro entre dientes,ella no tenía tiempo para alimentarse dado que si no resolvía esos problemas pronto lo que único que comería luego sería avena de mal gusto, por no decir que no tendría ni un solo grano de arroz para tan siquiera saborear entre sus carnosos labios.

–¿Más tarde? Vas a desmayarte–la desesperación de la ama de llaves era palpable,su rojo rostro ya estaba a punto de pasar a un color mucho más fuerte.–Sé que quieres resolver esto cuanto antes por el bien de todos, incluído el tuyo, pero no puedes seguir de esta manera–hablo tranquilamente, sacándole un escalofrío a la castaña.

–Si continuas así, no será la bancarrota lo que te mate;la inanición, tu falta de sueño, y el exceso de trabajo, eso va a matarte–esas palabras fueron dichas con dureza, típico de una figura autoritaria tal como lo era una figura maternal.

Basto decir eso para que Charlsrose se levantara de su asiento con lentitud, si algo que no iba a soportar era dejar desamparados a esas buenas personas que bien han trabajado por su familia desde hace muchos años. Ya sea por la bancarrota o muerte por su auto-explotación laboral, simplemente no podía dejarlos a la deriva. Le avergonzaría demasiado.

Ahora ella era la señora. Ella era Lady Charlsrose Von Der Chanton,Gran Duquesa de Shrewsbury.

Un "Dios le salve" recorrió sus pensamientos con rapidez,mientras se retiraba del despacho bajo la mirada satisfecha de la Señora Signy.

Pero de entre el rincón más oscuro de este, sin escucharse siquiera, un "No lo hará" paso tan rápido como se dijo.

Pero de entre el rincón más oscuro de este, sin escucharse siquiera, un "No lo hará" paso tan rápido como se dijo

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𝘿𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 𝙮 𝙩𝙞𝙣𝙩𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora