Capitulo 2 "Black Manor,el diamante de la arquitectura"

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Mount Blanc Hall era un caos total tras la llegada del telegrama

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Mount Blanc Hall era un caos total tras la llegada del telegrama.
La ama de llaves,la señora Signy,se encontraba en la sala principal,muy cerca del recibidor,dando órdenes de aquí para allá.

La servidumbre,que no era mucha,se movían de manera eficiente llevando maletas y organizando desde ropa hasta libros de todos los tamaños.

Charlsrose,quien descansaba en un sillón de la habitación contigua al salón principal,se levanto con pesadez y miro por la ventana como subían a los autos sus cosas.

Ya había pasado un día desde que se enteró del fallecimiento de su abuelo.

Su cabeza estaba abrumada,su bloqueo creativo no fue suficiente al parecer,ahora estaba de luto y si no fuera poco pronto heredaría...

–Charls–llamo la señora Signy,su buena ama de llaves,sacándole de aquellos pensamientos tan agobiantes.

La nombrada se giro en dirección a ella

–Ya subieron todas las cosas,ya debes irte–dijo mientras se refregaba las manos con nervios,como si estuviera esperando alguna mala acción de su parte.

Charlsrose frunció el seño y miro nuevamente hacia el ventanal,era correcto,ya las cajuelas de los autos estaban cerrados y con sus respectivos choferes junto a las puertas.

Un pequeño “oh” salió de sus labios,estaba tan sumergida en su mente que tal parece el tiempo lo aprovecho para irse volando.

Sin más que decir,salió de la habitación sin mirar a su ama de llave,seguido salió de la mansión,y con sus manos dentro de los bolsillos de su grueso abrigo negro se subió al auto que le esperaba justo en frente a la entrada.

–Mi más sentido pésame,Lady Charlsrose–dijo su conductor,un hombre alto cuyas canas apenas comenzaban a salir,mientras le abría la puerta del coche.

Charls solo asintió para no decir nada,era como si aquel grito doloroso le hubiera arrancando la voz.

El chófer arranco,seguido de una pequeña caravana de autos,los jardines de la mansión aún tenían gotas de rocío y mientras salían,por el portón que marcaba el límite de sus terrenos,Charlsrose giro su rostro levemente para ver a lo lejos su hogar que se perdía conforme avanzaban.

Mount Blanc Hall se despedía de su señora de manera silenciosa.

El cielo gris,totalmente nublado,los árboles altos y frondosos del camino acaparaban toda la visión de la castaña

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El cielo gris,totalmente nublado,los árboles altos y frondosos del camino acaparaban toda la visión de la castaña.

Una presión en el pecho se cernía cada vez más fuerte conforme el auto avanzaba,sofocarse a esas alturas se sentía tan ridículo.

Después de todo pudo retractarse cuando aún estaba en las comodidades de su mansión,pero no lo hizo.

Un chirrido,proveniente del gran portón de hierro,le hizo retirar la mirada de los árboles. Nerviosa se removió en el asiento de cuero negro,sus manos de sentían un poco frías dado al sudor que emanaba de ellas.

El chófer miro por el retrovisor encontrándose con los azules y nerviosos ojos de su señora.

–Ya hemos llegado,Milady–su voz pasiva anuncio lo que Charlsrose ya temía–¿Se encuentra bien?–el hombre giro su rostro demostrando total preocupación en su semblante.

La pregunta disipó aquellas nubes de nerviosismo rápidamente,el sonido de su respiración se convirtió en lo único que ocupaba su mente.

–Estoy bien,gracias–respondió con sus labios marcando una sonrisa leve.

El viejo hombre no dijo más nada,y junto a la caravana de autos ingresaron a los imponentes terrenos pertenecientes a su familia.

Fue cuestión de un par de minutos para divisar los jardines repletos de bellas flores,estatuas de mármol,fuentes,incluso el gran laberinto que tomaba gran parte de esos jardines.

Cuando menos lo espero,el coche había detenido,la puerta junto a ella fue abierta de inmediato sacándole un pequeño sobresalto,salió de este con lentitud,como si su cuerpo estuviera arraigado en el asiento.

Fue allí cuando lo vio,sacándole un jadeo silencioso,como si el pasar del tiempo nunca afectara en su estructura.

Black Hell Manor se alzaba con gran imponencia ante la mirada de los recién llegados.

Sus columnas de mármol,sus grandes ventanales,los tallados en la fachada hacían de la gran mansión un diamante brillante. Un fascinante deleite para la vista.

Ensimismada,Charlsrose se perdía en su memoria,disociando de su alrededor.

Ensimismada,Charlsrose se perdía en su memoria,disociando de su alrededor

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𝘿𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 𝙮 𝙩𝙞𝙣𝙩𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora