Al día siguiente, las cosas estaban muy animadas desde temprano en la mañana.-Selphie te estaba mirando.- Kairi exclamó mientras jugueteaba con los mechones revoltosos de Sora.
Estaban en los jardienes de la escuela pasando el rato de su descanso.
-¡De ninguna manera!
-Sí, ella fue la última en salir del salón solo para verte.
-Simplemente no me gusta ella.- Le dijo a Kairi en un tono serio.
-¡Nunca te gusta nadie! O alguien del quien hablar....- Ella retorció su cabello una y otra vez.- Soy tu mejor amiga, necesito saber tus enamoramientos más profundos y oscuros. Te cuento sobre todos los que me gustan.
-Ha pasado un tiempo desde la última vez que me hablaste de un chico, no desde Tidus.
-Dios, no me hables de ese idiota....
Sora podía escuchar pasos que lo hicieron levantar la cabeza con curiosidad.
-¿Puedo sentarme aquí?- Dijo Riku.
-¡Claro! Muévete un poco, Sora.- kairi se movió para hacer espacio, mientras Sora se apoyaba contra la pared entre ellos.
-¿Viendo los alrededores de la escuela?- Sora preguntó tan pronto como sintió a Riku sentarse.
-Bueno, encontré la biblioteca.- Riku le sonrió.- ¿Les fue bien en último examen?
-Probablemente, pero Selphie, por otro lado, probablemente no.- Dijo Kairi, mirando como Sora hacia un puchero bajo la mención de su compañera.
Riku podía sentir que lo dejaban de lado en una broma interna entre ellos que él no podía entender. Pero Sora no parecía muy feliz.
-¿Y tú?- Sora preguntó mirando al frente. Pero Riku sabía que se refería a él.
-Creo que sí, estoy bien en matemáticas.
-Deberías enseñarle a Sora, es terrible en eso.- Kairi empujó el hombro de su amigo.
-Oye, me encantaría que intentaras resolver ecuaciones en braille. - Respondió el moreno ofendido.
-Te ayudo la próxima vez.- Riku dijo, mirando en cualquier dirección que no fueran los ojos azules de Sora.
-Deberías aceptar, hay una prueba próximamente, no deberías fallar solo porque odias el álgebra.
-Bla, bla, bla, álgebra...
Los tres comenzaron a reír. Para ser el segundo día con la compañía de Riku, parecía que se conocían de toda la vida. Riku se acostumbró tan rápidamente a sus dos nuevos amigos, que no parecía necesitar nada más en este pequeño pueblo.
Los días pasaron, se convirtieron en semanas, y de las semanas llegó el mes. El chico nuevo ya se sabía el nombre de sus compañeros, ahora era él quien devolvía las bolas de papel que se lanzaban de un lado a otro y en más de una ocasión ayudó a Sora para contraatacar, para luego ser regañados por kairi. Se iban a reír juntos y luego se irían a casa por el mismo camino de todos los días.
La ansiedad del joven adolescente de cabello plateado al estar en un nuevo pueblo, en una nueva escuela, se había desvanecido por completo al volverse inseparable con kairi y Sora.
Una tarde, Sora estaba leyendo con sus manos en su escritorio, mientras que Kairi y Riku estudiaban en su cama.
-¿Riku, me ayudas con esto...?
Riku se inclinó y comenzó a murmurar las instrucciones a Sora. Para Riku al principio fue todo un desafío, nunca imaginó la necesidad de estudiar Braille solo para poder enseñar adecuadamente un problema matemático o ayudar con lecturas para su escuela. Pero sentía que lo necesitaba, y cuando llegó a casa una tarde con un monton de libros que Kairi le había prestado para aprender a leer en Braille, su familia quedó asombrada. Riku no le contó a sus padres hasta tiempo después la razón, pero cuando lo hizo, su madre se sintió orgullosa y lo ayudó a buscar maneras mucho más eficiente de aprender.
- Aquí, solo multiplica la x aquí y...
De repente se convirtió en algo cotidiano. Caminarían diez minutos hasta la casa de Sora, Kairi abriría la puerta y Riku la cerraría detrás de ellos para luego separarse y caminar cada uno a su casa.
Algunos días estudiaban y hacían la tarea, otros días se aburrían y jugaban al escondite.
Riku se escondió en un rincón detrás de una puerta y Kairi estaba debajo de la cama, asomándose para poder vigilar a Sora. No solo era un juego, también era una práctica, un estímulo para los buenos sentidos de Sora, del cual tenía un dote impresionante.
No importaba dónde se escondieran, Sora siempre los encontraba.
Sora caminó por su habitación, los dedos tocando la silla del escritorio, se detuvo un momento y todo se mantuvo en completo silencio antes de que Sora sonriera, caminó al armario moviendo sus manos a lo largo de la pared antes de golpear el brazo de Riku.
-Riku.
Kairi estalló en risitas, error que también provocó que fuera descubierta por Sora.
Y un día...
Kairi estaba leyendo un libro en su puesto en la sala de clases, cuando Sora se acercó a ella lentamente y se sentó en su propio puesto. La chica lo miró con curiosidad al notar esos mechones de cabello notoriamente caídos cuando Sora no estaba de buen humor.
-¿Qué aspecto tiene Riku?- Cuestionó repentinamente, con su cabeza gacha.
-¿Su aspecto?- Ella se sorprendió con la pregunta.
-Como su cara o algo así.- Sora jugó con los dedos de sus manos.
-Bueno... Riku, tiene el cabello muy claro, piel clara también, como media cabeza más alto que tú, ojos como los tuyos pero de un tono verdoso, musculoso y... viene para acá. - Miró hacia arriba, encontrandose con una ceja alzada de Riku.
Ambos comenzaron a reírse al mismo tiempo para confusión del mayor. Pero con la información de Kairi le había dado, Sora hizo un intento de imagínese la apariencia de su amigo.
Era difícil....
Los meses pasaron y llegó la mitad del año.
Estaban a unos minutos de la escuela cuando Riku se detuvo en la intersección.
-¿No vives por aquí?- Le preguntó a Kairi.
-Sí, es esa casa al otro lado de la calle.- Señaló una casa blanca justo encima de ellos.
-Si quieres, puedo acompañar a Sora a casa, no hay problema.
-Realmente no tienes que hacerlo.- Ella casi tartamudeó.
-Está bien, Kai.- sonrió Sora sin voltear la cabeza a ninguno de los dos.
-¿Seguro?
-Sí.
-Genial, porque realmente necesito ir al baño.- Besó a ambos chicos en la mejilla antes de salir corriendo.
Sora agarró el brazo derecho de su amigo, antes de tirar de él hacia el otro lado del camino. Por primera vez, Riku sería el guía personal de Sora hasta su casa.
-¿Sigues aquí?- Bromeó.
-Sí.- Miró la mano de Sora aferrada a su brazo y luego sus ojos azules que siempre miraban a la nada.
-Entonces guíame a casa.
Como siempre, Sora no levantó la cabeza en su dirección, pero de todos modos sonrió, una sonrisa brillante y sincera.
Cuando llegaron a la casa, Sora le entregó las llaves, abrió la puerta y volvió a poner las llaves en la mano de Sora, se despidieron y Riku se marchó a su casa, aún sintiendo el calor de las manos de Sora en su brazo.
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Always Dark, Always Happy One-Shot [SoRiku]
FanficRiku es nuevo en el pueblo y llega a la escuela de Destiny Island. Conoce a sus dos nuevos amigos, una chica peliroja alegre y responsable, y un a un chico de bellos ojos azules que es algo diferente al resto... Es un Remaster de un Fic que leí hac...