Always Dark, Always Happy One-Shot [SoRiku]

Capítulo 3.

Kairi estaba murmurando frases en voz baja para que Sora las escribiera mientras la profesora daba vueltas por el aula antes de detenerse frente a todos.

-Ya que han estado estudiando la Gran Guerra de la Llave Espada, me gustaría que todos ustedes se prepararan para una tarea, ¿de acuerdo?

Kairi tocó alegremente el brazo de Sora antes de que la maestra comenzara a hablar de nuevo.

-Pero chicas, quiero que se asocien con chicas y chicos con chicos. Los chicos escribirán sobre el fracaso en completar el X-Blade y las chicas escribirán sobre la erradicación masiva de portadores.

Kairi se movió en su escritorio a su posición normal mientras Riku tocaba el hombro de Sora y le pedía ser su compañero. Selphie se inclinó hacia adelante y le pidió a Kairi que formaran pareja.

-Selphie quiere hacer la tarea en la biblioteca, ¿y ustedes?- preguntó Kairi mientras ambos niños estaban leyendo libros diferentes.

- Prefiero quedarme aquí.-  Sora respondió.

- Diviértanse.-  Ella suspiró antes de ponerse de pie y alejarse.

-Gracias.- Ambos murmuraron, solo Riku observándola irse.

Sora se rió de algo, mientras mantenía sus dedos trazando los bordes de la página de su libro, antes de que Riku lo mirara por un momento, dudoso de preguntar.

-¿Tienes algo que decirme?- Sora lo sorprendió con una pregunta.

Riku ahora quería saber cómo Sora se daba cuenta de ese tipo de cosas. Pero prefirió simplemente preguntar lo que estaba en su mente desde un principio. 

-¿Siempre has sido así?

-¿Qué quieres decir? ¿Ojos azules? ¿O ciego?

Riku cerró su libro.

-Ciego.

-Desde que nací.

-¿Y.... Estás bien con eso?

-Sí, solo, me enojo... A veces, también me pone triste.- Sora cerró su libro y lo movió una y otra vez en sus manos.

-Todo el mundo lo hace, de vez en cuando. No sé qué haría si fuera ciego.

-Te acostumbras, hasta tiene sus ventajas, la gente siempre quiere hacerte favores.- Sora bebió lo último de su bebida, con una risita al final. Además, tengo un secreto.. 

La mirada de Riku fue directo hacia él, viendo que Sora le sonreía ampliamente.

- Un... ¿Secreto?

Sora asistió.

- Vivo en plena oscuridad, pero... Puedo sentir los corazones de las personas que me rodean... Sus emociones, su calor... Pequeñas luces, kairi me enseñó a diferenciar lo que serían colores.

Sora lentamente levantó su mano, y la punta de sus dedos rozaron la camisa de Riku dónde estaría su pecho. Riku bajó la mirada, viendo como Sora golpeaba ligeramente al ritmo de su corazón.

-Eso es... - Riku no tenía palabras para describirlo.

Riku trazó el braille en el libro de Sora.

-Entonces, nunca has visto la cara de Kairi.- Agregó.

-No, no lo he hecho.- La sonrisa de Sora nunca vaciló en su rostro.

-Ella es agradable, creo que le gustas.

-¡Por supuesto que sí! Es mi amiga.- exclamó Sora.

-No, quiero decir, ella está interesada en ti.

-Vamos, de ninguna manera.- Sora se burló.

-La forma en que te mira, es como... otra cosa.- La voz de Riku bajó levemente sin ánimos.

- Detente. 

Hubo silencio por unos segundos, el único ruido eran niños jugando a lo lejos.

-¿Te gusta ella?- Riku preguntó.

Sora sonrió.

-No.

Y Riku no sabía porque se sentía feliz al escuchar su respuesta. No debería.

-Voy a tirar eso por ti.- Riku recogió su basura antes de ponerse de pie.

- ¿Ves?

-¿Qué?

- Favores.

Riku lo acompañó a su casa para que pudieran hacer la tarea como cualquier otro día. Tan pronto como entraron en la habitación, Sora se quitó la camisa de la escuela y se puso una camiseta más ligera.

-Eso está mucho mejor.- Cayó sobre su cama.

-Hace bastante calor aquí.- Riku dijo, dejando caer su bolso.

-Sí, eso es lo que obtienes por usar una chaqueta.- Sora dijo, con la cabeza contra la ventana y los ojos cerrados.

-¿Cómo sabes lo que estoy usando?- Preguntó mientras se quitaba la chaqueta.

-Es... un misterio....- Sora se rió.

-Bueno, creo que quedaré con la duda.- Riku también se rió y puso la chaqueta en la silla del escritorio.- ¿Hay algún baño que pueda usar?

-Sí, tercera puerta a la izquierda, saliendo de mi habitación.-  Sora se acercó a la silla y colocó la chaqueta sobre el escritorio mientras Riku salía de la habitación.

Los dedos de Sora estaban sobre el material suave de la chaqueta, pequeños circulos mientras se tentaba en tomarla en sus manos. Levantó la cabeza, atento... Pero solo era silencio, no escuchaba los pasos de Riku, tampoco el lavado o la cadena del baño, aún tenía tiempo.
Volvió a girar la cabeza en dirección a la puerta de su habitación, antes de agarrar la chaqueta y se lo acercó a la cara. Un aroma a perfume, intenso con el leve olor corporal de Riku, agradable y Sora se sonrojó al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

¿Si Riku estuviera parado en la puerta mirándolo? ¿Quién lo sabría?