Capítulo 30

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Yo continuaba en silencio, observando sus cortinas de lino. ¿Qué podía decir? Es obvio que no me agrada la idea de que se case, pero no estoy en condiciones para pedirle que no lo haga. Jaesung puede darle un grandioso futuro, pagará sus estudios, cuidará de él, le dará todo lo que se merece y además es un buen tipo, yo soy todo lo contrario.

Jungkook me mira con esos ojitos tan claros y bonitos, y yo dejé de observar aquellas cortinas para observar su brazo desnudo. Esa piel palida y suave que me pide a gritos que la marque como mía.

—No has dicho nada sobre mi matrimonio, Taehyung.

No quería decir nada tampoco. Porque dolía como la mierda.

—¿Por qué quieres que diga algo?

—No lo sé, tal vez porque hemos estado follando como conejos estas semanas y creí que te importaría.

—Jungkook... claro que me importa, me vuelve loco la idea de imaginarte casado con otro, pero por qué debería decir algo, tú eres el que se va a casar.

—¿Estás hablando en serio, Kim Taehyung?

—A ver, cariño, ¿mis palabras lograrán evitar que te cases?

Se quedó en silencio, estaba debatidose la pregunta.

—No.

—¡¿Entonces qué mierda hago yo aquí sobre tu cama, eh?!

—Solo quería mostrarte cómo se siente ser usado solo para follar y pasar el rato.

Jungkook envolvió las sábanas hacia su cintura y se fue corriendo al baño, en donde se encerró.

Yo me quedé plantado en sus palabras, ellas se reproducían varias veces en mi mente y me clavaban el pecho. ¿Acaso todo había sido una treta para vengarse de mí? Fui un jodido estúpido... él más estúpido.

Es que las cosas nunca iban a mejorar para mí, ya debería estar acostumbrado.

Me vestí con calma, Jungkook se mantenía en silencio dentro del baño. Caminé hacia la salida, mirando por última su habitación, el último recuerdo que quedaría entre nosotros, porque me encargaría de no verlo otra vez. Porque detesto a la gente que usa a las demás solo para sentirse bien, en su caso, vengarse.

El aire de la calle golpeó mi rostro, tenía muchas ganas de golpear a cualquiera que pasara por mi lado, pero mi móvil comenzó a sonar, impidiendome hacer una locura.

—¿Taehyung?

—Ajá. —Era Namjoon.

—Tendré una cita con Jin, el chico que me gusta ya sabes, pero Sewoon también está con nosotros y sé que ustedes se llevan muy bien. ¿Podrías venir con nosotros? Será algo así como una cita doble.

—Hyung...

—Por favor Tae, además estoy seguro de que le gustas a Sewoon, tú podrías llegar a enamorarte.

Quise reír. ¿Enamorarme de alguien que no sea Jungkook? Pamplinas. Lo he intentado, pero me di por vencido, jamás resultará.

—Vale.
—¡Gracias! Te enviaré la dirección en un mensaje.

Decidí ir caminando hacia el lugar.

Quería renunciar, pero no tenia otro trabajo, terminaría en la calle mendigando, sin embargo no quiero ver a Jungkook y su noviecito de nuevo. Ni al estúpido de Min que me ha hecho la vida a cuadros. Solo quiero despertar un día tranquilo, sin esta preocupación o dolor. Solo quiero tener alas y volar hasta el fin del mundo, lejos de aquí.

Ingresé a la cafetería en donde estaban Nam y el tal Jin perdidos en su mundo. Sewoon se levantó cuando me vio e hizo una reverencia, los chicos solo me saludaron.

—Hyung... ¿Cómo ha estado?

Las mejillas de Sewoon se colorearon de rosa y sus labios esbozaron una sonrisa. Yo sólo quería olvidarme de todo, pero Jungkook insistía en aparecer en mi mente.

—Bien. ¿Tú?

—Oh, muy bien. Yo... estaba preocupado por usted, no lo vi hace mucho tiempo.

—¿Tenias alguna razón para verme?

Sus ojos se agrandaron de pronto. Realmente era tierno.

—Y-yo... usted me dijo que su trabajo era pesado y... tengo un amigo que requiere de un secretario, es un trabajo a medio tiempo y le pagarán muy bien, claro, solo si a usted le interesa la idea.

¡Oh!

Mi emoción comenzó a surgir, ¿acaso era real lo que me dijo?

¡Podría renunciar a ese estúpido trabajo y dejar de ver a esa jodida gente!

—Claro que me interesa, bonito.







Dos gotas de agua ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora