01_ Familia Noceda

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En la casa Noceda Blight.

Amity se encontraba trabajando en su oficina con su pequeña hija de dos años a su lado.

Mary Noceda Blight, era una niña idéntica a Amity, de tez pálida, orejas puntiagudas, hermosos ojos de color avellana y cabello castaño.

Era hermosa y era el orgullo de Luz y Amity al igual que Azura.

- Mmmh... ¿Que opinas, pequeña? ¿Crees que el diseño este bien?- le preguntó a su hija quien asintió en respuesta.

Amity sonrió con ternura y tomó a su hija en brazos.

- Muy bien, vayamos a descansar un rato y luego volvemos al trabajo.

Dijo besando la mejilla de su pequeña y salir de su oficina. 

- Me pregunto donde estará Luz.- Amity miró a su hija con diversion.- Tu no lo sabes, ¿verdad?

- Ño.- Mary negó con la cabeza.

‐ ¿Segura? ¿O me estas mintiendo pequeña diablilla?- la pelilila se puso hacerle cosquillas en su barrigita a su hija quien no paraba de reír.

Después de unos segundos, dejo de hacerle cosquillas y se sentó en el sofá. Echó la cabeza hacia atrás y suspiro con pesadez, estaba cansada, pero sentir las pequeñas manos de su hija sobre las suyas hizo que una pequeña sonrisa se dibujará en sus labios.

- Que tranquilidad, eso nos demuestra que Luz no anda por aquí, ¿verdad, hija?

Y como si esas fueran palabras mágicas, tanto Luz como Azura abrieron la puerta de una patada.

- ¡Rápido, cierra la puerta!

Grito con pánico Luz y Azura obedeció.

Amity y Mary se miraron entre ellas para luego volver su mirada en las dos morenas que tenían la respiración agitada.

- Ufff... Eso estuvo cerca.- dijo Luz limpiandose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

- Casi nos dejan como al tío Hunter.

Hablo Azura, una niña de seis años, piel morena, ojos dorados, cabello castaño claro y orejas puntiagudas. Era muy parecida a Luz.

- Si, pero fue divertido.

- Lo sé.

Madre e hija se pusieron a reír, sin darse cuenta de que cierta pelilila las miraba con seriedad.

Un carraspeo hizo que ambas morenas se callaran.

- Se puede saber a donde fueron.- hablo Amity con el ceño fruncido.

Luz y Azura tragaron saliva con dificultad.

- Azura, te toca hablar con ella.- le susurro la mayor.

- ¡¿Yo porque?!

- Es tu madre.

- Es tu esposa.

- ¿Y bien?- hablo Amity con enfado.

Azura miró a la pelilila y sonrió.

- Hola mami, mamá tiene que decirte algo, yo me voy hacer mi tarea.

Azura le dio un abrazo rápido a Amity y se fue a su habitación.

Luz miró dolida como su hija la abandono a su suerte, mientras que su esposa, que seguía molesta, esperaba una respuesta.

Tomando una bocanada de aire, hablo.

- Hola, cariño, q-que bien que estés aquí, pues veras, ehmm... Azura quiso aprender a usar un palismán y pues la lleve a practicar...jaja.- rio nerviosa.

Amity enarcó una ceja.

- ¿Y porque estas tan nerviosa?

- ¿Quién? ¿Yo?- se señalo.- ¡Pfff! Tonterías, Amy.

- Luz.

- Esta bien.- bajo la cabeza resignada.- Digamos que le enseñe algo avanzado y pues... accidentalmente tumbo un panel de abejas de fuego y tal vez nos vinieron siguiendo hasta aqui.

Explicó Luz y Amity se sobo la puente de su nariz.

¿Por qué Luz era tan... así?

- Bien, así como las trajiste veras la manera para que se vayan.

- P-pero...

- Y procura que no quemen la casa.

- ¡Pero Azura también tiene la culpa!

- No me importa, tu la llevaste a un bosque cuando pudiste llevarla a la Rodilla.- replicó malhumorada.

Luz bajó la cabeza, Amity tenía razón, resignada, tomo su palismán y salió de la casa.

- Ugh... espero que tu no te metas en problemas cuando crezcas como tu madre.- le dijo a su hija quien negó con la cabeza.  

Mientras que en la puerta, Azura reía sutilmente al ver que su madre latina se fue a encargarse de las abejas.

- Jejeje.

- ¿No que tenias tarea que hacer?

Azura palidecio al escuchar la voz de su otra madre.

- S-si, justo a eso iba, mami.

La morena estaba por escaparse, cuando sintió una mano sobre su hombro.

- Ah, no, señorita, tu castigo será limpiar el baño por una semana.

- P-Pero...

- Sin peros.

Azura bajo la cabeza.

- Si, mami.

La bruja le dio un pequeño beso en su cabeza.

- Muy bien, ahora ayúdame a preparar algo para comer.

Y así Amity y sus hijas se fueron a cocinar, mientras que Luz trataba de espantar a las abejas de fuego sin salir quemada en el proceso.

¿Lo logró?

Pues no.

Continuará...

Luz y Amity: Maternidad y paternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora