04_ Empieza la tortura

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Luz y Hunter estaban afuera de la casa Noceda Blight, despidiéndose de sus esposas, mientras Gus los miraba comiendo un emparedado.

- Portense bien, ¿de acuerdo?- dijo con dulzura Amity viendo a las dos morenas.

- Si, señora.

Tanto Luz como Azura hicieron un gesto militar, causando la risa de la pelilila.

- Bien.- dirigió la mirada en su hija mas pequeña que estaba en los brazos de Luz.- Adiós corazón, vigila a tu mamá y a tu hermana, ¿si?

Mary asintió y Amity sonrió.

Mientras con los Park.

- Recuerda no acercarte a la cocina y no tocar nada que produce fuego, ¿quedo claro?- hablo Willow con severidad.

- ¡Si, capitana!

Willow rio ante la reacción de Hunter para luego clavar sus ojos en su hija quien estaba en la cangurera del rubio.

- Vigila bien a tu padre, Emma, cuento contigo, cariño.

La pequeña peliazul asintió enérgicamente.

Willow sonrió e iba a decir algo más pero la voz de una molesta Lilith la interrumpió.

- ¡Ya hay que irnos! ¡Llegaremos tarde!

- ¡Si! ¡Y yo tengo que llegar temprano para que me arreglen mi hermoso pelaje y mis suculentas pestañas!- grito un molesto Hooty.

Amity gruñó al escuchar su molesta voz. Ella no sabía que iba ir el molesto pajaro tubo, si hubiese sabido ni muerta hubiera aceptado esas vacaciones.

Luz al ver el rostro de su esposa, sonrió. 

- Tranquila, amor, Hooty no será tan molesto.

La hermosa voz de su esposa le hizo desaparecer todo rastro de enojo en su rostro, cambiándola por una más dulce.

- Eso espero.- suspiro resignada.- Bueno, ya me voy, cuídate mucho, ¿si?

- Lo haré.- sonrió la morena.

Amity se acerco y le dio un suave y dulce beso en sus labios.

- Adiós mis amores.- ahora les dio un beso en la frente a sus hijas.

- Adiós, cariño.- dijo Willow dándole un casto beso en los labios a Hunter.

- Adiós.- sonrió bobamente.

- Adiós mi pequeñita.- le planto un beso a Emma en su frente.

Ya cuando terminaron de despedirse, ambas corrieron hacia Gus.

- Cuidalos, por favor.- hablaron al unísono. 

Gus parpadeó incrédula, para luego sonreír con superioridad.

- Tranqui, yo los cuidó.

- Hablo enserió, Gus, cuidalos y no te unas a sus travesuras.- advirtió Willow.

Gus rodo los ojos divertido.

- Por favor, Willow, no olvides con quien estas hablando.

Ambas amigas se miraron entre sí, preguntándose si fue buena idea pedir ayuda a Gus.

- Como sea, solo... vigilalos.

Finalizó Amity y tanto ella como Willow subieron a la nave, que empezó a despegar y fue perdiéndose de vista poco a poco, ya cuando desapareció la nave, se hizo un largo silencio por un buen rato

- ¿Ahora que?

Pregunto Luz y todos se escogieron de hombros.

- Hay que entrar.- sugirió Gus y todos se adentraron a la casa.




Unos minutos después.

Luz estaba con un casco, Hunter con una escoba y Gus con una almohada, todos en el rincón mirando con miedo a una cucaracha.

- ¿Que esperan? Matenla antes de que se reproduzca.- les dijo Azura quien estaba encima de la mesa con Mary y Emma.

Hunter iba a decir algo, pero se callo al ver como la cucaracha se dirigía hacia donde estaban las niñas quienes empezaron a gritar.

- ¡Hunter, haz algo!

Grito Gus mientras que Luz buscaba algo para matar al insecto.

El rubio cerró los ojos y trago saliva con dificultad. Tenía que ser valiente por su hija y sobrinas.

- ¡Kyaaaaaaaaaaaa!

Fue el grito, para nada varonil, que dio Hunter antes de ir hacia la cucaracha y darle un fuerte escobazo, logrando matar a la cucaracha y que la escoba se parta en dos.

- L-Lo hice.

Los dos adultos sonrieron orgullosos.

A su lado vieron pasar a una Azura asustada cargando a Mary y Emma, haciendo que los adultos se extrañaran.

- ¿Que paso?- preguntó Gus.

Luz iba a comentar algo cuando de repente sus ojos se abrieron con terror, causando más intriga en los dos brujos.

- ¿Que pasa?- Hunter enarcó una ceja.

Luz señaló a otra cucaracha que estaba en la pared.

Tanto el rubio como Gus se pusieron pálidos.

¿Por qué rayos había tantas cucarachas?

- Tranquilos, yo me encarg...- sus palabras murieron en su boca al ver a la cucaracha volar directo a ellos.

Eso fue suficiente para hacer que los adultos gritaron como locos y salieran asustados de la casa. Una vez afuera Luz le puso un candado a la puerta y un cartel que decía: Peligro, cucaracha voladora.

- Ni loca vuelvo entrar.- fue el comentario de Luz.

Gus y Hunter asintieron.

- ¿Y donde nos vamos a quedar?- pregunto Azura agarrando de la mano a Mary y Emma.

Luz frunció el ceño al recordar que su malvada hija se fue sin ella.

- No lo se, traidora.

- ¡Vamos con la abuela Eda!

Exclamó Azura.

- ¡SHIII!- dijeron al unísono las dos menores.

Luz suspiro resignada, volver a su casa no era una opción.

- Bien.- acepto sin ganas y las niñas se pusieron a festejar.

Y así Luz y los dos brujos irán a la casa de Eda temporalmente hasta que logren matar a la cucaracha.

¿Podrán aguantar sin incendiar nada?

Continuará...

Luz y Amity: Maternidad y paternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora