XII

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Habían pasado ya cinco días que no sabía nada relevante de Na Mi, apenas sus mensajes le indicaban que seguía viva, excepto que ni siquiera recibió sus mensajes los últimos dos días, y aunque no quisiera estaba algo preocupado. Es decir, se fue de la nada luego de que su papá la hablara fuerte a traves del teléfono. Evidentemente no era la persona mas cercana a su suegro, pero en su mente él no le haría daño a su hija, ahora no sabía que pensar.
Aunque le cuestionó un par de veces ella desvió el tema una y otra vez, casi pelearon por mensaje ya que ella le decía que no estaba respetando su privacidad. Soobin decidió darse por vencido con ello pero aún así quería mas que nunca terminar la relación que carga en sus hombros, carga que Na Mi no se ve mínimamente interesada en recibir sobre los suyos también.
Esta mañana habló por teléfono con Yeonjun, le contó sus planes de ir hoy mismo a casa de Na Mi y luego de chequear su bienestar, terminaría su relación. No iba a ser fácil.

"¿Tanto te disgusta ese lemon pie como para que tengas el ceño tan fruncido?" oyó a su hermano decir frente suyo, ni siquiera se enteró de su llegada al comedor.

"Ah, no no, estaba pensando algo nada mas, esto está delicioso de hecho..." dijo y llevó otra cucharada a su boca, degustando el postre. No era fanático del acido, sin embargo, ese lemon pie se veía apetecible.

"Que bueno, lo hizo Kai." Se acomodó Beomgyu frente suyo, luego de sacar una botella de jugo de la heladera, dejandola en la mesa, para cruzar sus brazos y ver su reacción.

"Mmh..." Asintió Soobin con una muy ligera sonrisa en su rostro, una que el menor en el lugar notó de inmediato.

"Él te gusta" dijo tomando por sorpresa al mayor, que detuvo su degustación. "No soy tonto, los vi interactuando con esas sonrisas bobas y miraditas sexuales."

"¡Beomgyu!"

"No soy un niño, ustedes lo hicieron."

"Por Dios, no pienso conversar esto contigo." Dijo Soobin levantandose con su plato, llevandolo a la heladera. Beomgyu rió porque le parecia graciosa la forma en la que su hyung se cohibia por la mención del sexo.

"Lo que pidas. Hoy vendra Kai y se quedará a dormir, vamos a dormir tarde. Falta poco para volver a clases y tengo que estar al día." Contestó Beomgyu mientras servía jugo en tres vasos y ponía galletas de chispas en un bowl.

"Soy el presidente del consejo, debería ayudarte yo pero me cambias por Kai, eres malo conmigo, y eso que me ofrecí a ayudarte..." Dijo Soobin cruzando sus brazos y fingiendo enojo con su ceño fruncido infantilmente.

"Que hermano mas celoso, no se preocupe hyung, no voy a quitar a mi cuñadito de sus brazos." Escucharon a Kai hablar, la ama de llaves volvió al trabajo el día anterior.

"Por supuesto que no lo harás, confío en tí, pero no confío en que alguien mas maneje a este manipulador mejor que yo." exclamó despeinando el cabello de su hermanito, que lo miró mal.

"No soy... tan manipulador." dijo y a ambos chicos frente suyo rieron.

"Bueno, los dejo chicos, tengo que salir ya." Dijo Soobin dejando un beso en la frente de Beom y sin pensarlo mucho también descansó sus labios en la frente de Kai. "Nos vemos." se despidió mirando la hora en su celular y siendo completamente ignorante del rápido latido del corazón del muchacho rubio detrás suyo. Quien sí notó las rosadas orejas del chico de cabellos de oro fue Beomgyu.

"Ya lo tienes, ¿lo sabés no?" dijo Gyu.

Kai despertó de su trance y lo miró sin comprender, hasta que lo hizo, formando una sonrisa incrédula.

"No es... no, no hay nada que tenga ni pueda tener de él... ni que quiera o espere de él, claro." trató de desviar la atención sacando snacks de su mochila.

MONTERO 《sookai》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora