Vante
—¿Ese es Jimin? —J-hope se acercó a mi lado, donde me paré junto a pared de ventanas tratando de entender lo que estaba viendo exactamente, y mientras trataba de envolver mi cerebro en ello, se me ocurrió absolutamente... nada—. Oh, Dios mío, lo es. —J-hope se rió y me dio un codazo en el costado—. ¿Vas a ver esto o qué?
Oh, estaba echando un vistazo, claro. Había tenido una vista de primera fila de Park Jimin siendo golpeado por una pared de ladrillos hecha tío, desde que salió a la pista de baile luciendo sexy como el infierno y totalmente fuera de los límites.
Había estado esperando que Jimin llegara durante lo que parecían horas. No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado con las copiosas cantidades de alcohol que todos me enviaban. Pero en el momento en que nuestro ilustre manager puso un pie dentro del club, mi radar de Jimin se apagó y no pude apartar los ojos de él desde entonces.
Él también lo sabía.
Jimin había consumido más alcohol en los últimos treinta minutos del que yo le había visto beber en todo el tiempo que le conocía. Y como si quisiera demostrar algo esta noche, a saber, que la atracción que sentía por mí, y que definitivamente sentía, no existía, se había agarrado al primer árbol que le invitó a bailar.
—Amigo —dijo J-hope, tratando de llamar mi atención, pero no había manera que quitara la vista de lo que estaba pasando en la pista de baile—. ¿Está borracho? Quiero decir, se ve un poco tambaleante en sus pies, ¿no?
Me alejé de la multitud para mirar más de cerca, y RM y Jin se pusieron a mi lado.
—¿Qué estamos mirando? —dijo RM, mientras colgaba su brazo alrededor de los hombros de Jin.
J-hope hizo un gesto hacia la pista de baile y, tan servicial como siempre, ayudó a mi mejor amigo, que era un dolor en el culo.
—Jimin. Tropezando y moliendo a un tipo ahí fuera.
—¿No me digas?
—Sí, hombre —continuó J-hope—. No sé qué le ha pasado esta noche, pero parece que nuestro mánager se está volviendo loco.
Las palabras de J-hope hicieron que se me apretaran las tripas. No quería imaginarme a Jimin haciendo su locura con nadie más que conmigo. Pero al mismo tiempo, no quería que los chicos hablaran de él a su espalda... no que pudiese vernos con ese monstruo que se interponía entre nosotros y él.
Miré a J-hope.
—Eres un mierdecilla chismosa, ¿alguien te ha dicho eso? Sólo está bailando; no hay nada de malo en ello.
—No sé nada de eso —dijo RM—. Sus manos en el trasero del tipo me hacen pensar que quiere mucho más que un baile esta noche.
—RM... —dijo Jin, pero eso sólo hizo que RM se riera.