Jimin
Me fui por veinte minutos a comer con Minji, pero eso fue todo lo que se necesitó para que estallara la Tercera Guerra Mundial.
Cuando entré en el salón privado, la vista que me saludó era una que ya había visto antes, pero siempre con otras bandas, nunca con Ángel Caído.
Jin tenía un puñado de la camisa de Suga, su brazo inclinado hacia atrás mientras Jisoo y J-hope trataban de detenerlo, pero lanzó el puñetazo rápido, el golpe contra la mandíbula de Suga se escuchó desde el otro lado de la sala.
—Mierda —dije, tirando mi comida en una mesa cercana y corriendo hacia la locura.
El caos se desató. Suga fue a vengarse de Jin, pero RM lo alejó. J-hope agarró a Jisoo y rápidamente la apartó del camino antes de sumergirse, dirigiéndose directamente a RM y poniéndole una llave en la cabeza. Vante se movió rápido, trabajando para separar a RM y J-hope, mientras que Jisoo gritaba para que todos calmaran sus tetas.
Jesús, por dónde empezar.
—¿Por qué te metes con mi hermana, imbécil? —Jin tenía sus brazos alrededor de la cintura de Suga, tratando de ponerlo en el suelo, pero no fue hasta que Suga golpeó a los demás, perdiendo el equilibrio, que Jin tuvo éxito.
Jin se colocó a horcajadas en la cintura de Suga, lanzando golpes que Suga luchó por evitar.
—Oye, puede ser que te guste, pero esta posición no funciona para mí —gritó Suga, arqueándose para tratar de despistar a Jin. Luego, como era un idiota que quería avivar las llamas, añadió—: Sólo funciona con tu hermana.
Y ahí es donde hay que empezar.
—Maldito bastardo. —Jin fue a golpear la cara de Suga, pero llegué a ellos justo a tiempo, agarrando los brazos de Jin y levantándolo lo suficiente para que Suga fuera capaz de salir de debajo de él. Jisoo estaba allí en un instante, revisando la cara de Suga mientras él le aseguraba que estaba bien.
Con los brazos de Jin inmovilizados detrás de su espalda, estaba en un ángulo incómodo, pero el tipo estaba exaltado por la adrenalina y más fuerte de lo que esperaba.
Se liberó de nuevo, dirigiéndose directamente a Suga. Jisoo levantó las manos, tratando que se detuviera, pero Suga estaba listo, y los dos se cayeron al suelo.
—Jin, para, no soy una niña... —La voz de Jisoo se perdió en el pandemónium, y a mi derecha, Vante había perdido el control de RM y J-hope después que uno de ellos accidentalmente lo golpeó en la mandíbula con el codo. Conmocionado, Vante retrocedió por un segundo, frotando su mandíbula.
Preferiría haber sido yo quien lo dejara sin sentido. Aún no podía creer lo que le había dicho a RM, cómo me había dejado plantado tan casualmente, como si yo no importara. Me había dolido. Había dolido como el infierno, y aún lo hacía. Pero no tenía tiempo de pensar en eso ahora.