ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ - ᴀᴠᴀᴛᴀʀ ᴛᴡᴏᴡ

ʀᴏᴛxᴏ

Nota importante al final, por favor leer al terminar el capítulo.

¡Gracias!

[Clan Omatikaya]

T/n

Me desperté de golpe por una pesadilla, una bastante horrible. Me frote los ojos con ambas manos y —adolorida— estiré cada uno de mis huesos; con la vista aún borrosa por recién despertar, me le quedé viendo a la pared pensativa de lo que había soñado hace un momento que realmente me dejó con la piel de gallina.

No me di cuenta que alguien me estaba quemando con su penetrante mirada, gire para ver en dirección se encontraba dicha persona, me sobresalte al saber que era Kiri quien estaba sentada  en una esquina observándome.

Mantuvimos miradas por milésimas de segundo, se encontraba algo preocupada y no entendía el por qué, así que decidí hablar primero.

-Hola Kiri, ¿pasa algo?.-

-¡T/n!.- Hablo aguantando sus ganas de llorar. Se hacerco rápidamente hacia mi para envolverme en sus brazos.- ¡Despertaste!

-Amm... si eso parece.- Le devolví un cálido abrazo.- ¿éstas bien?.- pregunté al sentir mi cuello húmedo seguido de un sollozo.

-¡Pensamos que no despertarias nunca!.- Me atrajo hacia ella con fuerza.

-¿De qué hablas Kiri?— Reí bajo— explícate.

-¡Estuviste más de cinco días en coma!.- me soltó de su fuerte agarre para levantarse de la cama.

-¡¿Qué?! de que hablas loca si yo estaba...- Cambié mis palabras por un quejido al intentar pararme de la cama, mis piernas envueltas con vendas —por alguna extraña razón— me dolían como nunca.

Esperen...
Ahora lo recuerdo, lo de hace unos momentos no fue un sueño, realmente había pasado. Estábamos en una pelea contra las personas del cielo en el clan Metkayina, todo pasó muy rápido, balazos, explosiones, gritos, mucha pero mucha sangre; de un momento a otro solo sentí como mis ojos se cerraban y me hicieron caer en un profundo sueño. Aún no recuerdo exactamente qué fue lo que pasó.

En el pasillo se escucharon unos pasos que venían rápido a mi habitación y luego de eso un portazo. En cuestión de segundos todos me abrazaban, Tuk, Rotxo, Lo'ak, Neteyam, Tsireya y Aonung. Parecía que habían pasado años de no verme. Me aparte un poco de los chicos ya que sentía que el aire me faltaba por sus abrazos tan fuertes.

-¡Creí que ya no te vería más!.- Entre sollozos dijo la más pequeña que se abalanzó nuevamente hacia mi. Correspondí aquel gesto.

Entendí que para mi solo habían pasado unas cuantas horas de sueño pero para ellos  fue una eternidad.

Espere a que todos se calmaran  un poco para poder hablar de lo que pasó pero fui interrumpida.

-No hablemos de eso por favor...- Dijo Rotxo con tristeza en sus palabras.

Comprendí que fueron momentos muy difíciles para todos, por poco se pierden vidas de inocentes, pero a lo poco que me contaron todo salió con éxito.

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Tras varios días de total y completo descanso ya era hora de salir, me estaba pudriendo al estar acostada sin hacer absolutamente nada.

El clan iba a celebrar una victoria más contra las personas del cielo y por los guerreros que dieron todo por ganar; así que aproveché para tomar aire fresco y divertime con los chicos.