───capítulo IX.

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Christine Daaé.

Hoy decidí ir al cementerio a visitar a papá,  llevaba muchísimo tiempo que no venía a ordenar su tumba. Tenía asuntos pendientes que contarle. Bajé del vehículo en el que venía, después de haberle agradecido al chico que se ofreció a traerme.

Como siempre había de esperar, el ambiente del cementerio es pesado, frío, con falta de esperanza... estaba solitario el día de hoy; y es extraño, lo digo por ser día domingo.

Caminé el trayecto que recuerdo para ir a su tumba, poco a poco me fui acercando, hasta que me percaté que había alguien más allí. Frené en seco.

Pude divisar una cabellera castaña.

Me escondí detrás de uno de los árboles que había allí, quería ver quién se encontraba allí adentro. Empecé a sentir que mi corazón golpeaba con  fuerza mi pecho... no podía creer lo grande y cambiada que estaba ella...

Su cabello estaba más largo que la última vez que la vi, sus ojos azules se veían nublados por las lágrimas, sus mejillas ligeramente rosadas, y aquella vestimenta azul le hacía resaltar todo de sí.

Mi... hermana.

No tengo conocimiento frente a su edad, pero se ve más madura que la última vez que la vi.

Se fue alejando, a tal punto que dejé de divisarla.

¿Qué hacía ella aquí?

Me repetía constantemente mientras me iba acercando a la tumba de mi padre; quedé perpleja al ver lo bonito que estaba. Todo estaba limpio, habia nuevas flores... suspiré.

THE MUSIC OF THE NIGHT | Fantasma de la óperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora