PARTE 5. FINAL

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Dos años habían pasado, la relación de Minho y Jeongin había llegado a su fin bastante tiempo atrás, luego de que el castaño decidiera no seguir con esta.

Le había dicho que había conocido a un nuevo chico y que le interesaba salir con él, además de sentir que las cosas entre ellos no estaban funcionando; por supuesto, para Jeongin eso no era ningún secreto; sin embargo, Minho parecía nunca haber notado las sonrisas que fingía y mucho menos que con esas palabras no rompía su corazón porque no estaba sintiendo nada por él, no lo amaba.

Sabía que Minho merecía a un chico que lo amase con la misma intensidad que él amaba, y se alegraba de que lo hubiese encontrado después de todo. Sabía que ahora era feliz, y si Minho era feliz con ese chico, Jeongin también lo era.

Después de eso, Jeongin se quedó un tiempo más viviendo en Busan, al menos hasta que recibió una oportunidad de empleo en Seúl, y decidido a que extrañaba la ciudad, no dudó ni un segundo en aceptar.

Extrañaba a sus amigos, el ambiente, los lugares que tanto le gustaba visitar… Y tal vez, sin querer admitirlo, también extrañaba a cierto chico de cabellos rubios que seguía haciéndole sentir como en una montaña rusa.

Cuando llegó a la ciudad, sus dos amigos le recibieron, felices y emocionados de poderle ver después de más de tres años, y sin preguntar, se dirigeron a su nuevo departamento, dónde le ayudarían a desempacar, mientras cenaban, y luego de ver una película, caerían rendidos sobre el colchón.

A la mañana siguiente, sus amigos dejaron temprano su hogar, con la promesa de que se juntarían pronto. Y al quedarse solo, el silencio en el lugar lo abrumó, los colores fríos le helaron los sentidos y los recuerdos cayeron sobre él.

Pero no quería comenzar mal de nuevo, por lo que, a pesar de que parecía que pronto llovería, decidió arreglarse y dirigirse a visitar su cafetería favorita, un café caliente le ayudaría a despejar la mente.

Luego de verse una última vez en el espejo de su habitación, tomó sus llaves y salió del departamento.

Rápidamente el frío viento golpeó contra sus mejillas, haciendo que éstas junto a su nariz tomaran pronto un color rosáceo. No le tomó mucha importancia, simplemente encogiéndose en su abrigo para que la bufanda que cubría su cuello le abrigarse más; y paso tranquilo se dirigió hacia el lugar, pues éste sólo estaba a algunas calles de su nuevo departamento.

Al ingresar al lugar, rápidamente sintió como un cálido ambiente le envolvía, y sin poder evitarlo, soltó un pequeño suspiro mientras cerraba sus ojos. Con una sonrisa apareciendo en su rostro, se acercó a pedir su orden y antes de poder pagar el café, una voz detrás de él le interrumpió.

-También será un americano, por favor. Yo lo pagaré.- Habló mientras extendía el efectivo, siendo el mismo recibido sin preguntar.

Jeongin no quería voltear, sabía de quién era esa voz, conocía esas manos, y sentía la calidez del cuerpo contrario rozándole.

En silencio, esperaron unos minutos a que estuvieran sus pedidos y al recibirlos, Jeongin no pudo evitar más aquella mirada insistente.

-Hola, Innie.- Susurró con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Hyunjin…- Pronunció apenas, intentando devolver la sonrisa, la cual lucía más como una mueca.

-¿Te puedo hacer compañía? Si es que no estás ocupado…- Preguntó nervioso, no quería que el menor le rechazará.

-En realidad, yo…- Balbuceó, intentando inventar una excusa. No se le ocurrió nada. Soltando un suspiro, aceptó.- Podemos ir a mi departamento.- Y sin esperar una respuesta, comenzó a caminar.

The Way I Loved Him- HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora