PARTE 4

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El invierno había llegado demasiado pronto, y el frío viento confirmaba su llegada.

Sentado en el sillón de su hogar, cubierto con un abrigo, observaba los copos de nieve cayendo por la ventana, los colores fríos haciendo juego con el clima, haciendo contraste con el interior de su hogar… Pensaba si el choque de temperaturas podría afectar hasta el grado de causar una ruptura en algo.

El sonido de unas llaves y de la puerta abriéndose no le dejó pensar más, desviando rápidamente la mirada hacia donde se encontraba la persona recién llegada.

No esperó ni un segundo para ponerse de pie y apresurarse hacia Hyunjin, quién parecía estar intentando entrar en calor, mientras retiraba la bufanda rodeando su cuello, así como el gorro que adornaba su cabeza y los guantes que mantenían sus manos cálidas.

Jeongin se apresuró a acunar el rostro del mayor entre sus manos, sintiendo rápidamente el frío bajo su piel, buscando su mirada con el semblante lleno de preocupación.

Antes de poder decir algo, sintió cómo los brazos del mayor rodeaban su cintura, apegándolo completamente a su cuerpo, cómo si en cualquier momento fuese a salir corriendo de ahí. Sin embargo, ese agarre posesivo lo comprendió una vez que el mayor lo miró a los ojos.

Perdón. Aquella mirada gritaba querer ser perdonado, sus ojos y su semblante estaban  llenos de culpa, de tristeza, de arrepentimiento… Y ahí lo entendió.

-¿Qué… ¿Qué ocurrió, Jinnie?- Preguntó titubeante, sin querer escuchar una respuesta que ya esperaba.- ¿Qué dijeron tus padres, cariño?- Preguntó de nuevo al no recibir respuesta de parte del mayor, acariciando su mejilla.

Sin embargo, Hyunjin sólo dejó caer su cabeza hacia adelante, juntando su frente con la del menor, comenzando a sollozar.

-Perdón, Innie, en verdad, lo siento mucho.- Soltó por fin, entre balbuceos.

-Hyunjin, amor, dime qué pasa.- Soltó aguantando el nudo en la garganta, mientras desesperado buscaba la mirada del otro, intentando alzar su rostro con sus manos.

-Yo… No puedo… No pude…- Hipó.- Hay algo que no te dije antes.- Le miró con arrepentimiento, aferrándose más a su cuerpo.- Te amo… pero lo nuestro no puede seguir.- Habló triste, cerrando los ojos.

Jeongin no pudo responder. Sólo sintió cómo el aire quedaba atascado en su garganta, haciéndole sentir ahogado, sintió la opresión en su pecho que le debilitó como si estuviese al borde de morir… Y lentamente soltó el agarre de sus manos que sostenían el rostro del contrario, alejándose de su cuerpo.

Le miró con una sonrisa que demostraba que en cualquier momento comenzaría a desbordarse en un río sin fin, pero que reflejaban una pizca de esperanza de que estuviera bromeando y le dijera que todo había salido bien, que escaparían lejos, continuarían con sus vidas, viajando a Las Vegas para casarse a puertas cerradas, sin que nadie se enterará.

-Ella está esperando un hijo mío.- Soltó el mayor, con una mirada que expresaba el dolor que sentía por traicionarlo así.

-¿Qué?- Soltó apenas en un susurro, tan suave que temió que ni siquiera hubiese salido realmente de sus labios.

-Ocurrió esa vez… esa maldita vez de la que te hablé en dónde terminé con ella luego de que me drogara.- Le tomó de las manos, evitando que se alejara más.- Te juro que no la volví a tocar, yo… yo no sabía.- Soltó un Hipido.- Yo no quería esto y realmente lo siento mucho, amor.- Balbuceó, intentando acunar el rostro del otro entre sus manos para que le mirara.

Aquel tacto que nunca llegó. Jeongin ladeó su cabeza, alejándose rápidamente al ver las intenciones que tenía, mientras le dirigía una mirada dolida.

-Innie…- Murmuró con dolor, sin poder detener su llanto, sus ojos brillando por las lágrimas y con el carmín rodeandolos.

-No me llames así, Hwang.- Habló serio, tragando duro.- Tomaste tu decisión. Está bien, entiendo que no fue tu culpa y no puedo pedirte que dejes a tu hijo por mí.- Habló, mientras sentía que las lágrimas mojaban sus mejillas de manera silenciosa.- Lo nuestro acaba aquí, lamento mucho que no haya sido la historia de amor que termina bien… Pero espero que con ella sí la puedas tener.- Soltó con una sonrisa forzada.

-Sé que arruiné todo, y realmente lo siento, pero Innie… Te amo, y no importa si estoy con alguien más, no importa si estoy con ella, si estoy al otro lado del mundo, te seguiré amando.- Le miró suplicante para que no se alejara.

-No puedes arruinar algo que ya estaba arruinado, Hyunjin.- Le miró serio.

El mayor le miró con el ceño fruncido, queriendo entender a lo que se refería, o tal vez no, porque sabía que aquello le lastimaría.

-Los gritos, las peleas… - Dió un paso hacia el mayor.- A cada momento y en cada lugar, dónde siempre terminaba maldiciendo tu nombre a las dos de la mañana por lo insano que actuabas diciendo estar enamorado…- Dió otro paso, quedando frente a él.- Porque había tantos cabizbajos en nuestra relación como en una montaña rusa que siempre iba veloz, sin poder detenerse.- Subió sus manos hacia el rostro del mayor, dejando una leve caricia que eliminaría momentáneamente sus lágrimas.- Porque me hiciste sentir cosas que nunca creí que podría sentir… Amándonos desastrosamente, pero siendo nuestra forma de amarnos.- Le miró con una sonrisa triste.

Hyunjin le devolvió la misma sonrisa triste, sabiendo ambos lo que significaba. Juntando sus frentes, Hyunjin le abrazó, apegándose de nuevo a él, antes de soltar un aliento y pronunciarse ante el chico que amaba.

-Te prometo que te buscaré… Y podremos estar juntos, como siempre soñamos- Susurró sobre sus labios.

Le miró a los ojos, pudiendo ver el pequeño brillo de esperanza en ellos, deseando que cumpliera aquella promesa, aún sabiendo que la realidad no estaba de su lado, aún sabiendo que aquella promesa era casi imposible de cumplir.

Esa fue su última noche juntos, donde sellaron aquella promesa con un beso… Dónde se entregaron por última vez al otro, porque sabían que esa era su despedida.

Al día siguiente Hyunjin despertó solo en su cama, mientras Jeongin abordaba su avión para regresar a su hogar. Y luego de aquello, por un tiempo del otro no supieron más.

The Way I Loved Him- HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora