Carta.

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«... Espero verte pronto en mi casa, realmente no puedo dejar las cosas así. Te quiero Julie, por favor ven a hablar conmigo.»

Joyful cerró el papel con delicadeza, trató de controlar sus lágrimas y volteó rápidamente a todas partes, cubrió su nariz y boca con su palma, tratando de regular su respiración. De inmediato sintió que le pasaría otra vez, se sumergería en la desesperación y sus pulmones colapsarían, pero de un momento a otro, recordó la voz del hombre del teléfono.

«Lo importante es que te sientas mejor»

El día anterior había estado bien, había salido, había conocido a un lindo cartero y en la mañana estuvo dichosa de desayunar con paz, de tomar un té y limpiar su rostro con agua fresca y cremas hidratantes, de decorar sus labios de rosado.

Respiró cuatro segundos y después lo dejó ir suavemente, volvió a hacerlo, aguardando en medio, tal y como le habían enseñado. Pero otro pensamiento intrusivo le asaltó, "Papá se suicidó por mi culpa". Golpeó la pared y volvió a llorar, sin poder controlarse, comenzó a sollozar violentamente, sacudiéndose, ahogando su pena en ríos enteros de lágrimas.

Sin darse cuenta se la pasó llorando hasta que el ruido del teléfono ala asaltó, sabiendo qué era. Tragó saliva y atinó a decidir si contestar o no, le dolía la cabeza terriblemente, pero, había contratado a Wally para ser su salvación durante dos semanas, ese era el momento para hablar, no esperar a que "se tranquilizara". Muy adolorida y agotada, se levantó, y contestó a la segunda llamada.

— ¿Hola? — Habló al otro lado, se escuchaba como si estuviera comiendo.

— ¿Wally? — Tartamudeó

— Se me olvidó desayunar. — Dio otro bocado, esperando a tragar para seguir hablando. — ¿Cómo amaneciste?

—... Bien — Volvió a tartamudear, sin poder controlarse, se desmoronó, volviendo a sollozar de manera continua.

Wally se acomodó rápidamente en su silla, preparado para afrontar cualquier caída que Julie hubiera sufrido, dejó su pan tostado de lado y se apresuró a tomar un cigarro, encenderlo y dar una calada, dejándolo a un costado posteriormente, inició el reloj, agregando una hora más por si quería usar la del día anterior, se escuchaba seria.

— ¡No, no estoy bien! ¡Me siento... horrible! ¡Sí amanecí bien pero...! ¡Pero! Ah... Recibí una carta. De mi amigo, no te conté pero, hay toda una historia con él, con ellos...

Hizo una pausa, tratando de respirar.

— Deja enciendo la bombilla, que ya estuve mucho tiempo en la oscuridad, me duele la cabeza. — Quejó — Ellos eran, o son, ¡me da igual! — Wally se sorprendió, era lo más brusca que había sido hasta la fecha. — Una pareja. Pero yo no lo sabía, maldita sea. ¡Lo parecían! Pero, a la vez no. Ay, a ver, desde el comienzo. John y Thomas, dos amigos míos, somos amigos desde la infancia, pero de un momento a otro, ellos comenzaron a acercarse más, ¡no me molestaba! ¡Estaba bien! ¡Podían ser tan gays como quisieran! ¡Sólo que me avisaran cuando querían estar solos! Ellos comenzaban a besarse frente a mí, y yo no sabía que hacer, por lo mismo siempre quería tenerlos ocupados cuando salíamos. Pero al parecer eso no le gustó a John, decía que le quería quitar a su novio, ¡cuando lo último que quisiera con Thomas...! ¡No! Él empezó a ser un estúpido celoso y posesivo, me terminó por prohibir estar con mi amigo, y la última vez que los vi fue en el funeral de mi padre, en el que... Ah, terminé discutiendo y los eché. — Cubrió su cabeza con sus manos, fatigada del recuerdo. — Me dijo, esa vez, «Hagamos que este momento volvamos a ser amigos, dejemos estás discusiones, y seamos los tres de nuevo» ¡y claro! ¡Yo feliz! Hasta que el inútil volvió a hablar... «sé que estuviste enamorada de Thomas, pero oye, podemos superarlo, yo puedo dejar mis celos y tú, debes superarlo amiga». En ese momento me di cuenta que no había cambiado, siempre todo debía correr alrededor de él y su relación, a mí jamás me gustó mi amigo, ni me atrajo, jamás quise otra cosa con Thomas, pero John tenía que idearse mil cosas en la cabeza, igual, él nunca hizo nada por defenderme de su novio paranoico, me hacía a un lado, y terminé por correr a ambos de mi casa. Esa fue la última vez que los vi. Pero esta mañana he recibido una carta, de Thomas, dónde dice que ha roto con John y que quiere verme.

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