Capitulo 3.- Gloriosa bienvenida.

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-8:00 am, parque Redwood Park-

Estacionaste tu vehículo en el enorme estacionamiento, corriste a la entrada del parque divisando el hermoso y gigante letrero de entrada.

(-Welcome The Redwood National Park-)

Estaba adornado con plantas enredadoras con flores de color rojo, las letras de un color dorado lo hacían ver brillante y precioso a la luz del sol.

Sonreíste encantada, corriste a la casilla del guardia.

-¡Hola! ¡Buenos días! Podría por favor permitirme el acceso a sus instalac...-

-Buenos días, abrimos a las 9:00 am por lo que no puede acceder a nuestras instalaciones.- exclamó con un tono amargo el hombre mayor de cara seria, de tez morena. Estaba leyendo un periódico y ni se inmutó por virar a verte. Sonreíste.

-Disculpe, no vengo como visitante, soy la nueva guarda bosques.- exclamaste. El hombre viró a verte y soltó una risita.

-¿Tú? ¿La nueva guarda bosques? No podrías ser una guardabosques, las mujeres odian el lodo y la vida en el aire libre, así que no me hagas perder mi valioso tiempo. No me informaron de nada, lárgate.- exclamó volviendo a clavar su vista en el periódico. Frunciste el rostro.

-¿Como se atreve miserable? Yo realmente fui contratada anoche. Soy la nueva guardia y como tal soy tu superiora después del gerente tengo entendido. Así que te ordeno que me dejes entrar o me veré obligaba a acusar tu mal comportamiento con el gerente Jacks.- No terminaste de hablar.

-No me vas a venir a ordenar nada mujer, no me comentaron sobre una "guardabosques" no me dijeron nada; así que lárgate, no pienso dejarte entrar.- exclamó.

-No por ser mujer puedes deducir que odio la naturaleza y el lodo. ¡Ahora pídeme disculpas y déjame entrar cretino!.- el hombre salió de la casilla y te encaró tocante en el pecho.

-¿O sino que? ¿Que vas a ser? Una mujerzuela como tú no puede contra mi, no sirves para guarda bosques eres pequeña y débil, seguramente al escuchar el rugir de un oso o los mapaches en la cabaña saldrías corriendo, ni siquiera podrías cargar una escop.- el hombre no termino de hablar pues lo siguiente qué pasó fue repentino para él. Le aplicaste una llave torciéndole el brazo horriblemente. El hombre soltó un alarido y fue aún más alto cuando lo estampaste fuertemente contra el suelo.

-Hare esto exactamente miserable escoria.- exclamaste.

-¡Auh!- Se quejo.-¡Suéltame maldita perra! ¡Te juro que se pondrá peor cuando me paré!.- apretaste aún más su brazo haciéndolo llorar.

-¿Así? Pues inténtalo, si es que puedes pararte. No; mejor dicho, si es que te permito pararte asqueroso perro mequetrefe.- le dijiste con una mirada seria.

-¡Ya suéltame maldita put.. ¡Ah!.- grito. Estabas a nada de romperle el brazo, la forma de expresarse hacia ti y como te ofendió te había echo enojar de verdad.- ¡Suéltame o te juro que...!.-

-¿Se puede saber que esta pasando aquí?.- una voz autoritaria hablo. Voltearon a ver divisando al hombre mayor en la enorme entrada del parque, el guardia exclamó alterado. Tenía una cara de asombro pues tenías retenido al hombre en suelo y este no podía moverse.

-Esta loca llego a la entrada del parque exigiendo entrar a la fuerza, trate de decirle amablemente que no abrimos las instalaciones hasta las 9:00 pero aun así quiso entrar a la fuerza y me atacó, ¡Ayúdeme por favor!.- mintió.

-¡Eso no es verdad! Le pedí que abriera para que hable con el gerente de este parque y no quiso, le dije que era la nueva en el puesto vacante de guardabosques y tampoco me dejo. Y no solo eso, ¡Toco mi pecho! Se merece esto.- exclamaste apretando aún más el brazo del hombre.

Lo Prohibido Es Tentador. ||Depredador|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora