Capítulo 3

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Cloe

Si ya no aguantaba a Lucas ni un par de horas ¿Que iba a hacer con el en mi casa?   El muy cerdo ha empezado a vivir en mi casa y se va a quedar cuatro meses, según él para la universidad ya que él tenía diecinueve.
Me enteré de la gran noticia el sábado antes de que se terminara Agosto ¿Y que hice yo? Irme a una fiesta con una de mis pocas amigas. 

Por si era poco ese día había salido en la tele que Lorenzo Gicomelli el amor de mi infancia le había pedido matrimonio a su novia, eran unos celos tontos porque nunca nos habíamos visto que yo supiese, pero cada vez que lo veía en la tele decía que era mi novio. Admito que de vez en cuando iba cerca de una de sus empresas para ver si me lo encontraba y olvidaba a la estúpida Amanda.

Era una noche fría, sentía como el frío recorría helando cada parte de mi cuerpo como si no tuviese nada de ropa puesta, había sido un día raro  - demasiado raro -. Cuando vi la noticia de Lorenzo me dieron ganas de hacer lo que nunca me había atrevido a hacer, camine hasta su empresa y entre en ella, algo que nunca había hecho por miedo a las consecuencias. Pero me arrepentí al segundo después, Lorenzo y la estúpida Amanda estaban besándose mientras esperaban al estúpido ascensor, para la suerte de Amanda la secretaría de Lorenzo me saco de mis pensamientos y me tuve que ir con varias lagrimas cayendo por mis mejillas.

Luego por si no había sido suficiente me entere de lo de Lucas, no estaba preparada para estar con él más de dos horas seguidas y ahora tendría que pasar más de tres meses con él. Antes de odiarlo lo ame como nunca lo había hecho - tampoco había tenido novio antes -, el caso es que cada noche tenía pesadillas por lo que paso el día de la competición mezclados con las de Miguel. Sentía sus manos en cada sueño, el golpe de la caída que tuve haciéndome recordar que el daño seguía ahí, eran acumulaciones que me llevaban a un extremo que pocas veces podía aguantar mi enfado sin meterle un puñetazo a algo y acabar con la mano escayolada por no tener la fuerza necesaria para romper lo que golpeaba. También estaba el problema de comer, no podía ni mirar la comida sin que me diesen ganas de vomitar lo que tuviese en el intestino, cada vez que tenía hambre un pensamiento negativo pasaba por mi cabeza recordándome lo mucho que me había costado estar delgada  y el hambre se convertía en un malestar insoportable, las lagrimas salían solas sin poder controlarlas y comenzaba a ver todo ante mis ojos como si estuviese allí.

- ¿Con qué tu Crush de la infancia vive ahora en tu casa eh?- Dijo Paula sacándome de mis pensamientos.

-Sí y no es gracioso- murmuré yo de mala gana- Sabes el motivo por el cual Lucas me cae mal y también porque nunca lo perdonaré. Y encima Lorenzo se va a casar.

- Y tú también sabes que Lucas no te dejo caer apropósito-. Contestó con cara seria -. ¿Tu otro amor de la infancia también te deja? No ha servido ninguno de tus paseos por allí por lo que veo.

- Pues nunca lo demostró y si tanto me quería ¿Porque me dejó caer?- esa era una de mis grandes preguntas ya que Lucas nunca me lo quiso decir, aunque sospechaba muchas cosas acerca de lo que paso -. Creo que daré más paseos por allí, tal vez cambie de opinión.

- Seguro que por algo importante. - Repitió por quinta vez en el mes -. Y yo que tu dejaría el tema Lorenzo ya, se va a casar y no creo que allá muchas posibilidades de que os encontréis.

- Ajá.

- Cloe- me miró Paula- no puedes odiar toda tu vida a Lucas, ¿No dijiste que antes de la competición él no aparecía? Seguro paso algo ahí y no te lo pudo contar por cualquier cosa.
Y sabes que lo que sea que tienes con Lorenzo no es nada sano, no puedes perseguirlo toda tu vida y menos cuando él ni siquiera sabe quien eres.

Un Encuentro Inesperado [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora