Esta vez me levante en la camilla de un hospital tenía una mano y un pie atados a ella, una vía en el brazo izquierdo y una venda en mi muslo donde tenía mi cuchillo. No escuchaba nada más que los pitidos acelerados del monitor y varias voces de fondo, aún así sentía la mirada de alguien como si me estuviesen mirando fijamente; Levante la mirada en busca de lo que me observaba cuando lo vi, llevaba un traje negro que se le pegaba como un guante al cuerpo y por dios el pelo rubio peinado con varios rizos cayéndole por la frente.
- No es por nada pero no es un buen momento para estar atada, tal vez en otra ocasión te dejaría.
- No intentes pasarte de lista, rubia. - Contestó Lorenzo acercándose desde las sombras -. Si estas atada es porque tienes un don especial para salirte de todo lo que te ponga, muy ingenioso lo del cuchillo por cierto.
- Gracias, me daba fuerza de seguir cada vez que me lo imaginaba clavado en tu pecho.
- Que romántica, amor.
- ¿Me desatas para que pueda ir al baño? O si lo prefieres me meo encima, así cuando logre escaparme tendrás más cargos en tu contra.
- Tendría que ir contigo, ya has desaparecido dos veces en menos de dos semanas.
- ¿Y a mirarme el coño? Creo que he aguantado suficiente con que me tocases el culo.
- ¿Quién te crees que te ha cambiado?¿Una enfermera? - Dijo con una sonrisa -. No me gusta que miren lo que me pertenece.
- Me das arcadas.
- Que ganas tengo de probarte entera, deseo que seas mi desayuno.
- Quita las correas que me has puesto y tal vez te recompense. - Me iba a mear encima, llevaba un día y pico sin mear. Y tampoco quería perder más mi dignidad.
- Dime la recompensa y me lo pienso.
- Yo, mi mano y tus ojos mirando como me complazco.
- Trato hecho.
Y yo pensando que me rechazaría la propuesta por que estaba comprometido con Amanda... Puto psicópata. Lo mataría.
Me desato rápidamente con ansias, me puso una mano en la espalda cuando me puse en pie y me guio al baño. Mis piernas estaban medio dormidas por todo el esfuerzo que había hecho al correr, nadar y más correr temiendo por mi vida, apenas y podía andar en linea recta sin sentir como mis piernas me fallaban haciendo que por poco me cayese al suelo. Llegue a duras penas al baño con ayuda de Lorenzo, él me miraba con diversión mientras que yo meaba intranquila por su mirada.
- ¿No tienes nada que hacer?
- Me divierto mucho, me gusta verte.
- Me das asco.
- Yo también te quiero futura esposa.
Me levante del váter en cuando sentí como una arcada se apoderaba de mí y tuve que cambiar mi culo por mi cabeza; Por si era poco no me había dado tiempo a subirme el chándal que traía puesto y ahora estaba a cuatro en frente de Lorenzo. Podía escuchar sus silbidos antes de que se acercara hacía mi para que parase de vomitar, me había cogido del pelo tirándome de el para que sacase la cabeza a pesar de mis fuerzas.
- ¿Acabas de venir al hospital por inanición y te pones a vomitar la comida?
- ¿¡Que coño quieres que haga si me acabas de decir que me voy a casar contigo sin conocerte aún!? - Grite frustrada por la situación -. ¿Crees qué es fácil para mi saber que mi padre me ha vendido, que un desconocido me ha comprado y por si era poco que ahora le pertenezco? No me dejas ver ni la puta luz del día, ¿Qué esperabas que hiciera?
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Un Encuentro Inesperado [Libro 1]
Teen FictionCloe Bianchi una chica que solo anhelaba dos cosas: Ganar la competición de patinaje y que el amor de su infancia se enamorase de ella. Aunque lo intentase ninguna pasó. Durante la competición hubo un accidente que hizo que perdiera incluso antes de...