Capítulo 4

5 0 0
                                    

Lorenzo

Estaba siendo un día de perros. Primero la maldita Amanda anuncia que nos vamos a casar sin decirme nada como la perra que es, yo ya estaba reservado para mi Cloe pero por culpa de mi hermano y sus gilipolleces ahora tenía que casarme con la estúpida esta si no quería problemas con la mafia.

El muy gilipollas soltó de broma en una reunión de que no pensaba tener herederos y que pronto cedería mi puesto en la Cosa Nostra. Y ahora tenía que casarme con alguien si no quería que me matasen.

Y luego encima de soltar esa bomba se fue a una de mis discotecas y se peleo con un pez gordo por eso había tenido que ir a mi maldito club, por culpa de mi hermano irresponsable que no sabía llevar ni una maldita discoteca.

Encima esa noche había quedado con una modelo para pasar la noche y en vez de eso estaba en una discoteca llena de niños creyéndose mayores. A mis veintiocho años de vida ya había aprendido a que las fiestas eran mejor cuando tenias menos riesgos de ser secuestrado.

Acababa de entrar y ya estaba por mandar a tomar por culo mi hermano e irme a desestresarme cuando una pequeña florecilla con la que llevaba fantaseando varios años se choco conmigo cerca de la puerta. Decidí que mis planes anteriores podían esperar... o eso pensé antes de que ella levantase la cabeza un poco y viese que estaba llorando. Su pelo rubio estaba un tanto despeinado dándole un aspecto casual, sus cejas del mismo tono igual de peinadas que siempre,, aquellos ojos azules que tan loco me volvían ahora estaban rojos y con las pupilas un poco dilatas junto con el rimel corrido por sus sonrojadas mejillas, para terminar de describir esa cara que aparecía en todos mis sueños, tenía los labios carnosos pintados con un rojo mate que hizo que la sangre se me bajase a la polla.

Me miro durante un segundo, me pidió disculpas tan bajo que apenas lo pude escuchar y salio corriendo hacia la puerta. En cuanto se fue solo sentí una ira que me llevo a ver todo rojo e a investigar acerca de lo que había pasado. Le mande un mensaje a mi hermano diciéndole que me encargaría más tarde y salí corriendo detrás de ella después de maldecir a todos.

Cloe, Cloe, Cloe...

Obsesionado me tenía desde que la vi por primera vez en Italia, me lamento por no haber investigado antes pero con siete años tampoco podía hacer gran cosa.

La vi poco después, solo había cruzado la calle y había andado menos de una calle. Empecé a seguirla y esconderme cada vez que ella se giraba comprobando que nadie la seguía. La escuche hablando una calle después, tenía el móvil en la oreja y de vez en cuando sollozaba de tal manera que me daban ganas de ir corriendo para protegerla de todos.

Cuando termino de hablar me llegó un mensaje de ella... Puede que me hubiese colado en ola conversación de su abuelo y ella para enterarme de lo que le pasaba y tomar acciones por mi florecilla. Empecé a escuchar el audio de ocho minutos que me había mandado mientras seguíamos caminado por la calle, por lo que sabía su casa estaba a más de una hora de mi discoteca y aún no venía nadie a recogerla....

Escuche el audio pacientemente sintiendo como todo mi cuerpo se ponía tenso con cada palabra que salía de su boca. Ese tal Lucas me lo iba a pagar y su mejor amiga también, a ella no le hacían daño mientras yo estuviese ahí. Le mande un par de mensajes a seguridad para que se encargasen de ese par y luego le escribí a mi chofer para que viniese a por nosotros, pero en cuanto levante la cabeza vi como Cloe se caía al suelo desmayada, por lo que vi en su historial médico sufría desmayos cada vez que tenía emociones muy fuertes.

Solté el móvil y salí corriendo a por ella para asegurarme de que estaba bien y que el golpe no había sido muy fuerte. Guarde su móvil en mi bolsillo y la cogí en brazos justo cuando el coche se paro en frente nuestra, le dije al conductor que yo conducía y se fue andando en busca de un taxi.

Un Encuentro Inesperado [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora