Capítulo 4

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Se suponía que me iba a escapar esa noche, tenía vestidos que me harían disimular a la perfección y también ropa suficiente para tirarla por la ventana e irme de allí. En ese mes me había aprendido todos los turnos que vigilaban la puerta de salida y de entrada, sabía a la hora justa como la palma de mi mano y lo más importante eran los descansos; Eran cada cinco horas, para comer y para cambiar la guardia con otro compañero.

Ese día Lorenzo iba a estar fuera por trabajo y si es que volvía sería cuando yo ya no estuviese aquí. Cada vez que me peleaba con él siempre desaparecía y se iba con alguna puta para calmarse, cuando volvía se iba a otra habitación y no aparecía hasta que me obligaba a hacer cualquier cosa. Por eso lo había enfrentado a la hora de la comida, en otro caso me hubiese quedado callada y hubiese hecho lo que me pedía con tal de que no tocase más mi culo el imbécil.

Comencé a arreglarme cerca de las seis de la tarde, Lorenzo había comprado miles de vestidos solo para que estuviese arreglada en casa y me viese guapa para él. Entre los miles que nunca me los había puesto para él, elegí uno negro que tenía dos rajas a cada lado de las piernas, los había probado para saber cual me iría mejor para correr literalmente por mi vida. Además, le había hecho unos arreglos para que tuviesen un bolsillo donde pudiese meter un cuchillo que robe esa mañana de la cocina solo por si acaso.                                                                                                   
Unos tacones que también eran muy cómodos a pesar de su altura y me deje el pelo suelto para taparme la cara delante de las cámaras.

Cerca de las nueve de la noche a tan solo diez minutos de que los guardias descansasen tire mi cuerda de vestidos por la ventana y me deslice sobre ella. Los vestidos era negros haciendo que fuesen más difíciles de ver y que no me viesen tan rápido, una vez abajo comencé a esconderme tras los árboles procurando que el tamaño del árbol me cubriese lo suficiente para que no me viesen. Tenía un video en la tele de la habitación que se reproduciría justo a las nueve y cinco cuando los guardias ya no estuviesen en la puerta, cuando gritaba por cualquier cosa siempre aparecían todos los guardias para asegurarse de que estuviese bien y si mis cálculos no me fallaban eso me daría tres minutos de ventaja mientras todos revisaban la habitación.

Minutos después los guardias comenzaron a irse hacia el interior de la casa para cenar, comencé yo también a moverme entre las sombras de los árboles o donde la luz no llegaba y justo se escucho el grito a la vez que salía completamente de la casa.                                                                   Tenía las llaves de una moto de uno de los guardias, por lo que me había enterado Lorenzo no les permitía aparcarlos dentro algo que me beneficiaba plenamente. Encontré la moto en un parking a diez minutos de la casa, me subí sin saber muy bien como conducirla y conduje hasta la casa de mi abuela Rene. Hace apenas unos días descubrí que estábamos en Sicilia  por el acento de los guardias, mi abuela vivía allí desde que tengo uso de razón y cada vez que veníamos a visitarla tenía un acento especial muy parecido al de los guardias. Para estar más segura de donde estábamos le pregunte en siciliano a una muchacha que paseaba a su perro por la zona y efectivamente volvía a tener razón.

Aparque a media hora de distancia de la casa de mi abuela, no sabía si la moto tenía GPS o no y por las dudas la aleje a una distancia prudencial. Para llegar antes a mi destino comencé a correr por las calles de Sicilia como si el demonio me persiguiera, llegue quince minutos después con la respiración agitada y con el corazón a punto de salirme por la boca. Toque a la puerta asustada porque me viese alguien de confianza de Lorenzo, miraba a todas partes como una loca mientras esperaba que mi abuela me abriese. Cuando lo hizo me miraba confundida sin saber que hacía ahí y con un vestido puesto, comencé a llorar del alivio de por fin ser libre.

Un Encuentro Inesperado [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora