¿Ocupado?

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Alcohol, la valentía líquida.

Un beneficio para muchos, un castigo para otros.
En realidad, no existe tal cosa como adquirir coraje y valor por parte de ésta sustancia, sólo era un placebo que la sociedad fue estableciendo como excusa para poder liberarse y expresarse como son sin ser juzgados totalmente.
Al menos para Jungeun era así.
El alcohol te idiotizaba y nada más.

De cualquier manera, mito o no, el día de hoy quería tener ese placebo, intentar ser valiente por un momento en éste inicio de verano, dejar que todo avanzara sin preocupaciones.

Y así como Jungeun, era evidente que muchos adolescentes estaban tomando el mismo camino, disfrutando al máximo su libertad gracias a aquella bebida prohibida a su edad, consumiéndola con moderación, o al menos, la mayoría.

Faltaban sólo minutos para que fuera la media noche, el centro de la habitación principal estaba repleto de gente, moviéndose al ritmo de la música que el sistema de sonido arrojaba con claridad y precisión.
La temperatura era alta a pesar de que el sol se había ido hace bastante tiempo.

Aunque estaban rodeadas por la multitud, existía un distanciamiento aceptable dónde los roces accidentales no se daban, claro que, en algún momento de la noche tendrían que empujarse entre ellos para seguir bailando, pero por ahora las cosas no eran así.

Un verdadero alivio para Jinsoul.
Lo último que quería era tener alguna molestia provocada por personas que decidieran aprovecharse de la situación y acercarse de más.
Y no lo pensaba precisamente por ella, aunque era muy común que le sucediera; la verdad era que la pelinegra había creado en su mente una de los peores escenarios, donde Jungeun era afectada por un "accidente" provocado por un ebrio con malas intenciones. Gracias a ésto se mantenía atenta a quienes ya se habían pasado de copas.

La mezcla de distintos ritmos llenaba aquellas paredes, rebotando por todas las superficies, logrando que incluso el suelo vibrara un poco con cada sonido grave.
Jinsoul se daba el lujo de admirar a la menor divirtiéndose con todas las demás. A pesar de que ella acostumbraba a ser más cerrada con gente que desconocía, una vez que las condiciones eran adecuadas, se dejaba llevar sin importarle lo que el resto podía pensar, y de todos modos, estaba segura de que ya había consumido suficiente alcohol como para no sentirse avergonzada por algo tan simple.

De orilla a orilla.
Existía una brecha entre ellas dos, muy grande para su gusto.
Detestaba el hecho de no recibir atención por parte de la menor.

Jungeun bailaba enérgicamente junto a Jiwoo y Sooyoung, quienes de alguna manera crearon una especie de duelo entre ellas, sacando a relucir sus mejores pasos, o los más absurdos.
No negaría que verla así le derretía el corazón y creaba una sensación cálida en su pecho, aunque quería ser ella con quien compartiera el momento.

Ese pensamiento constante.
¿Por qué?
¿Qué ha cambiado para que ahora tenga este tipo de caprichos y deseos?

—¡Jindori! —Jueun llamó su atención y comenzó a acercarse más. —¿Por qué tan quieta? —Le dió un pequeño empujón con su cadera, logrando moverla de su lugar. —¡Baila conmigo! —.
De forma inesperada, aquella amiga se acercó aún más al cuerpo de la pelinegra.
La acción como tal no tenía una mala intención en el fondo, la realidad es que muchas veces antes bailaron así de cerca en otras fiestas, pero debido a que Jinsoul se encontraba con la mente en otro lado, tardó en procesar las acciones de la chica.
Un poco confundida miró a su alrededor, queriendo familiarizarse con lo que pasaba.
Sin esperarlo, hizo contacto visual con una castaña y justo después con la mejor amiga de ésta.

Culpa.
Por alguna razón sintió culpa gracias a la mirada llena de sorpresa que Jungeun le dedicó.

¿Estaba haciendo algo mal? Su corazón le decía que efectivamente sus actos eran inapropiados.
Tal vez era el hecho de que alguien le gustaba, consciente ahora de eso. Tener a otra persona tan cerca llegaba a incomodarla, dándole un nuevo significado al espacio personal.
Pronto, de manera sutil, comenzó a alejarse de aquel baile compartido, tomando otro lugar y quedándose allí, siguiendo la corriente.
Estaba agradecida de que Jueun no se diera cuenta de éste movimiento repentino y más importante; que no le pareciera grosero.

𝐀𝐥𝐛𝐚 •𝒍𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora