-Rebecca Patricia Armstrong! Ven ahora!
-Si mamá, que ocurre?
-Has vuelto a suspender francés? Por qué Rebecca? Acaso no estudiaste?
-Mamá te juro por dios que si estudié, pero no sé qué pasó...
-Ya me cansé de tantas excusas Rebecca, mañana mismo hablo con tu tutor y buscaremos una solución.
-Pero mamá.
-Pero nada! Tienes 16 años, entiende que tu única obligación es estudiar!
-Si, tienes razón.
-Vete a tu cuarto Rebecca.
-Si mamá.
*AL DÍA SIGUIENTE EN LA ESCUELA*
-Hey Rebe!
-Hola Kirk.
-Que te ocurre?
-Suspendí francés de nuevo y ayer mi mamá se enfadó mucho.
-Por qué no te ponen una profesora particular?
-No sé, pero la verdad, tener una extraña dándome clases de francés en mi propia casa se me haría bastante raro.
-Bueno, vayamos a clases.
-Si vamos.
*EN CLASE*
-Buenos días a todos, Rebecca, ven un segundo.
-Buenos días señor Roger.
-Rebecca ayer hablé con tu madre, y hemos llegado a la conclusión de que te pondrán una profesora particular de francés para darte clases todas las tardes.
-Qué!?
-Si Rebecca y tu madre dejó muy claro que ya está decidido. Mañana mismo empiezan tus clases de francés en tu casa. Espero tus notas suban Rebecca.
-Si señor Roger.
-Bien, vuelve a tu asiento.
*EN CASA*
-Ya estoy en casa!
-Hola hija.
-Ya sé lo de la profesora particular de francés.
-Me alegro.
-Mamá simplemente no puedo ponerme a estudiar más francés antes que meter una desconocida en casa?
-No, ya está decidido Rebecca, siempre dices lo mismo y luego es el mismo resultado.
-Bien bien.
-Vas a cenar?
-No, no tengo hambre.
-Bien, buenas noches entonces.
-Buenas noches mamá.