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Advertencias: Fluff y poco drama.
AU de híbridos y omegaverase.

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Cuando Seokjin empezó su relación con Jungkook, si bien se encontraba muy enamorado de él, jamás pensó que fueran a durar más allá de dos meses.

Por eso mismo, cuando cumplieron los cinco meses, no podía aguantar la emoción que significaba para él. Cinco meses eran... Era mucho para él, era más de lo que alguna vez soñó en su vida.

Así que, cuando Jungkook le invitó a cenar a su casa, no dudó en aceptarlo. Por casualidad, su aniversario coincidió con una salida de sus padres, que irían a visitar a los abuelos paternos de Jungkook, junto con Ryujin. Al inicio, se entusiasmó un montón por lo que significaba: ellos iban a tener un momento romántico sin nadie que les molestara.

Y luego, se dio cuenta de eso: ellos estarían solos, en la casa de Jungkook, celebrando su aniversario. Seokjin no era tonto, y sabía que eso podía significar algo que le daba terror: tener sexo. Hacer el amor. Follar. Tirar. Coger. Lo que fuera.

De sólo pensarlo, podía sentir cómo su rostro se deformaba por el llanto. Era peor de lo que imaginaba.

Y lo peor no era eso. Lo peor era que no se atrevía a decirle a Jungkook que quería cancelar esos planes, porque sabía que el alfa podía enfadarse, o incluso terminar con él. De sólo pensarlo, Seokjin se sentía más en desgracia. Tampoco tenía el valor suficiente para hablarlo con sus amigos, pues temía que le quitaran peso a eso o le dijeran que exageraba.

Por eso mismo, terminó cometiendo un terrible y gran error: iba a bajar de peso en lo que quedaba de la semana, costara lo que costara.

―Seokjin, ¿otra vez trajiste lechuga?

Se sobresaltó cuando escuchó las palabras de Hoseok, detrás de él. Como si estuviera cometiendo un crimen, Seokjin cerró su recipiente con fuerza y se forzó a sonreír, a pesar del hambre que sentía. El día anterior llevó de almuerzo una ensalada de apio, y el anterior a ese, lechuga. Se estaba saltando los desayunos y cenas a propósito y se trataba de mantener sólo con el almuerzo y agua. Sabía que no bajaría de peso lo suficiente, pero si perdería unos kilos y, tal vez, no sería tan desagradable.

Lo que le daba mayor miedo era eso: que Jungkook le viera desnudo y le mirara con asco.

―Sí ―chilló, ocultando el rugido de su estómago―, ¡estoy a dieta!

―No, eso lo sé ―contestó Hope, desconcertado―, pero estar a dieta no significa comer mal. Alimentarte de sólo lechuga...

―¡No me molestes! ―espetó Seokjin, enfadado―. ¡Las ardillas no necesitamos comer tanto!

Hoseok se veía mucho más perdido ahora, aunque también herido por lo que le dijo. Seokjin se sintió un poco mal, sin embargo, Hope no tenía razones para decirle esas cosas. Claro, como él era delgado y bonito, sin una gota de grasa extra, no sabía lo difícil que era para él. El miedo que le daba no ser deseado por el chico que quería. Era muy probable que él ya hubiera tenido algún momento íntimo con Yoongi, así como Jimin y Taehyung tenían, pero ¿él? Seokjin jamás podría causarle deseo a nadie con su aspecto.

Enfadado consigo mismo por ese hilo de pensamientos, ignoró a Hope y abrió su recipiente, olvidando las desabridas hojas de lechuga. Ni siquiera les echó sal y aceite, queriendo reducir cualquier gota de caloría en lo máximo. Casi a la fuerza, se comió su pobre almuerzo, ignorando las miradas que Hoseok le dirigía. Y fue peor cuando llegó Jimin, huyendo de Namjoon.

Wild Chipmunk | KookJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora