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Advertencias: Fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverase.

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—¡Mira que linda foto, hyung!

—Hoseok, quítala de mis ojos, por favor.

—Yo igual encuentro que te ves muy bonito.

Seokjin se hundió en su asiento, observando la foto que Hoseok sostenía, sin borrar la sonrisa de su rostro. En la imagen, Seokjin estaba abrazando el aguacate que Jungkook le llevó, en su forma ardilla, mientras el alfa le observaba. Jimin le sacó la foto, desprevenido al estar atragantándose con la comida.

Santo dios, qué humillación.

—Salgo horrible —gimoteó Seokjin, agarrando sus cosas para salir de clases. El timbre que anunciaba la finalización de la jornada escolar tocó segundos atrás—, mira esas mejillas hinchadas, qué vergüenza...

—¡Te ves muy cuchi! —dijo Hobi, feliz—. La próxima vez, ¿puedo comerte?

—Cómete a Jimin —replicó Seokjin, y Hoseok se volteó hacia Jimin, cuyas orejitas cayeron contra su cabello.

—¡No! ¡No! —saltó Jimin, comenzando a correr por los pasillos atiborrados de gente, y a Hoseok no se le ocurrió nada mejor que seguirlo, sonriendo por la emoción.

Seokjin los observó desaparecer, sabiendo que se los encontraría en la salida del colegio, así que siguió caminando, agarrando su mochila con fuerza. A veces, algunos de sus compañeros le quitaban la mochila sorpresivamente, y él no podía hacer nada.

Sin embargo, no dio ni dos pasos, cuando alguien lo agarró del cuello de su suéter. Soltó un chillido asustado, volteándose y palideciendo al ver el rostro burlón de Youngdo.

—¿Para dónde vas, gordo? —preguntó Youngdo, y Seokjin notó que estaba con un amigo, otro matón llamado Sikyung.

—Pa-para... mi... mi casa... —barboteó, temblando por el miedo, y quiso retroceder, pero Youngdo lo agarró ahora del brazo.

—Hoy estoy muy estresado, bola de grasa —suspiró Youngdo—, así que tengo muchas ganas de golpearte.

—Por favor, Youngdo... —gimoteó Seokjin, a punto de llorar.

—No te preocupes, no debería dolerte —Youngdo, con su mano libre, le agarró de pronto el estómago, arrancándole otro chillido—. Con toda esta grasa, no te haré mucho daño.

Escuchó la risa de los dos matones y jadeó por el dolor al sentir el apretón fuerte que le dio Youngdo. Su colita se crispó, pero antes de convertirse en una ardillita para salir corriendo, alguien más habló.

—Mira, idiota, o sueltas ahora a Seokjin —dijo Jungkook, su voz era un gruñido furioso—, o te arrancaré las bolas.

Youngdo y Sikyung saltaron ante la amenaza, girándose para ver al alfa de pie detrás de ellos, con sus ojos oscurecidos. Youngdo lo soltó, retrocediendo.

—Sólo jugábamos —dijo el híbrido de hiena con tono inocente.

—Y una mierda —Jungkook dio otro paso—, si le vuelves a hacer daño, te mataré con mis propias manos.

Wild Chipmunk | KookJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora