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Advertencias: Fluff y poco drama.
AU de híbridos y omegaverase.

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―Jungkook, ¿prometes que no vas a dejarme?

―Claro que no, bebé. ¿Por qué te dejaría?

―No lo sé...

Jungkook suspiró y se arrodilló en el césped. Seokjin parecía muy afectado, con los ojos llorosos y un puchero en sus labios, que temblaba cada tanto. Se veía que estaba a punto de llorar, y eso le rompía demasiado el corazón al alfa. Odiaba tanto cuando su novio se ponía a sollozar, ya fuera por cualquier cosa.

―Te amo ―le dijo Jungkook, serio, y le dio un suave beso en la boca―, y quiero estar contigo para siempre, ¿bueno?

―¿Para siempre, siempre, siempre? ―insistió Seokjin, recibiendo más besos en sus labios. Eso, de alguna forma, le ayudaba a relajarse y pensar en otras cosas.

―Para siempre, siempre, siempre ―confirmó Jungkook, sacándole unas risas suaves al omega―. ¿Qué tal si después te quedas en mi casa, bebé? Sólo si quieres...

―¡Sí, me encantaría! ―chilló Seokjin, feliz―. Me gusta dormir contigo, ¡eres tan calientito! Y me gusta cuando ronroneas, Kookie.

Jungkook sintió un poco de vergüenza ante sus palabras, como si las palabras de su novio le pusieran vulnerable. Él no era mucho de ronronear, pero no podía evitarlo cuando se trataba de Seokjin, además de que se dio cuenta de que era una forma de relajarlo.

Lo que más quería, en ese momento, era que no se preocupara de muchas cosas. Al día siguiente tenía su primera hora con su nueva psicóloga, que su mamá buscó para el muchacho, y Seokjin estuvo toda la semana muy nervioso. Seokjin quiso esquivarlo de mil formas, pero a fin de cuentas, Jungkook le insistió tanto que terminó aceptando ir a regañadientes. El alfa comprendía que fuera difícil, que le provocara muchos nervios y pánico a su pareja, y por eso mismo, estaba allí para apoyarlo.

―¡Jinnieeeee! ―gritó Jimin, apareciendo con la respiración agitada―. ¡Necesito que me escondas!

―¿Cómoooooooooooo?

Seokjin no tuvo tiempo para preguntarlo, porque Jimin se convirtió en conejito y comenzó a luchar para meterse en su mochila. De paso, le sacó todos los cuadernos a pesar de sus quejas, y Seokjin le puso el cierre, amontonando lo que antes estuvo en el interior. Jungkook trataba de reprimir una sonrisa.

―¡Oigan, ustedes!

Se sobresaltaron al escuchar la indignada voz de Namjoon, que llegó con el ceño fruncido. Seokjin se puso de pie, recogiendo sus cosas y colgándose la mochila en el hombro.

―¿Por qué estás interrumpiendo mi sesión de besos con Ninnie? ―preguntó Jungkook, y el omega se coloreó de rojo.

―¡Hyung! ―chistó.

―Estoy buscando a Jimin, ¡me debe algo! ―se quejó Namjoon, mirando a su alrededor―. ¿No lo han visto?

―No ―dijo Seokjin, agarrando la mano de Jungkook para ayudarlo a ponerse de pie―. Es decir, lo vimos pasar, pero desapareció entre los arbustos.

―Mmm ―Joon le miró con sospecha―. ¿Y por qué llevas tus cuadernos allí y no en tu mochila?

Seokjin abrió la boca, sin saber exactamente qué decir, pero Jungkook intervino.

―Es que le regalé un nuevo juguetito para que lo use cuando me extrañe, y no le cabía con las cosas dentro ―dijo el alfa, moviendo sus cejas de manera sugerente.

Wild Chipmunk | KookJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora