Capítulo 2: Jasper

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Me saco la camisa para limpiarme el sudor del cuerpo, y me saco los guantes. Llevo trabajando un par de horas bajo el sol en una nueva pieza y tengo la boca seca y estoy cubierto de sudor, hoy parece ser un día especialmente caluroso.

— ¡Jasper! ¡Estoy en casaaaa! – escucho a mi hermana Lizzy gritar mientras atraviesa la ventana corrediza hacia el patio – Mira lo que compre hoy – me dice con una sonrisa en la cara mientras da pequeños saltos y me enseña una maceta pequeña con pequeños cactus – ¿no son bonitos?

Me río mientras sin escuchar mi respuesta se marcha dentro de casa, seguro les encontrara un lugar, constantemente está llenando mi casa de jodidas plantas. Eso me hace recordar a la chica a la que le hablé hoy temprano, seguro que a ella le gustaría mi hermana.

Ayer por la noche, mientras bebía unas cervezas con mi mejor amigo Ian, me convenció de crearme un perfil de citas, seguro que él tenía uno desde hace tiempo. Todo lo que ha hecho desde que volvimos de nuestro tiempo en el campo militar ha sido follar media ciudad, en cambio, yo me encerré en mi propiedad y me dediqué a crear muebles.

Desde antes, ya no se me era conocido por ser un galán, pero desde que me retiré hace cinco años, me he encerrado en mí mismo. Sin embargo, últimamente me he estado sintiendo solo, y creo que el tener un cuerpo caliente junto a mí cada mañana sería reconfortante. Así que me hice un perfil sin muchas esperanzas, hasta que vi el perfil de Lana.

Me quedé embobado cuando vi su primera foto, estaba sentada en un gastado sillón rojo rodeado de diferentes plantas mientras bebía una bebida caliente y sonreía a quien le hubiese tomado la foto. Ojalá esa sonrisa estuviera dirigida hacia mí. Solo se veía de la cintura hacia arriba y estaba vestida con una gran camisa café de cuadros, que contrastaba con su largo cabello rubio y su suave piel pálida, casi podía ver unas suaves pecas y tenía grandes ojos color miel. Un ángel.

Fue a la única chica que le hablé, espero me haya contestado, así que cuando voy a revisar mi celular me sorprendo cuando lo veo en negro. Maldita chatarra. Hace dos días mientras trasladaba algo de madera a mi taller lo dejé caer y ha estado funcionando mal desde entonces.

Tendré que hacer un viaje a la ciudad antes de lo pensado, usualmente voy una vez al mes para abastecerme con víveres y para entregar algunas piezas que vendo en una tienda local. La verdad es que mi casa solo está a media hora de la ciudad, pero está lo suficientemente alejada como para poder tener tranquilidad y fácil acceso a la ciudad en caso de alguna emergencia.

Enrollo mi camisa antes de entrar, y veo a Lizzy en la cocina preparando algo – Oye enana, ¿qué estás cocinando? – le digo antes de revolverle el pelo solo porque sé que le molesta.

— Agh, apártate imbécil – dice mientras me da un manotazo – solo por eso tendrás dos panqueques menos en tu plato.

Me río en voz baja para que no me escuche, a pesar de que Lizzy es la menor de los dos, siempre ha actuado como si ella fuera la responsable de ambos.

— ¿Vas a dormir aquí hoy? Si no, no necesitas llamar a Sara, necesito ir a la ciudad por un celular nuevo, así que te puedo llevar.

— ¿Qué le pasó a tu celular?

— Lo rompí mientras movía algo de leña hacia el taller

— Mmm, está bien, llévame a la ciudad, de todas formas, quiero visitar a papá – me dice mientras nos sirve dos platos repletos de panqueques.

— Genial, también le haré una visita – digo mientras mi mente vaga hacia Lana, espero haya contestado mis mensajes.

                                                                                                       ***

Después de comprar un nuevo celular mi hermana me ayuda a recuperar las cosas del celular anterior, no es que sea estúpido, pero siempre he pasado la mayor parte del tiempo en el exterior haciendo cosas, así que soy un poco lento con la tecnología.

Por alguna razón he estado un poco ansioso por no haber podido seguir hablando con Lana, ni siquiera la conozco de nada, pero pensar en ella hace que mi corazón palpite como loco. Así que no voy a mentir y decir que no me sorprendí cuando finalmente vi su respuesta a mi último mensaje.

Que mal, yo soy bailarina exótica, me encantabailar.

Sentí como mi mandíbula se abría mientras miraba en shock el celular. ¿esa pequeña cosa que vestía una camisa dos tallas más grandes era una bailarina exótica? No voy a juzgarla, es decisión de cada uno que hace con su cuerpo, pero siento que eso es algo discordante con la imagen de ella y me pone inquieto.

Me gustaría verte bailar algún día.

— Oye, ¿vas a bajar o te quedarás mirando el celular todo el día? – la voz de mi hermana me llamó y levanté la mirada para verla fuera del todoterreno haciéndome señas – vamos, muévete.

Guarde el celular en mi bolsillo antes de bajar y caminar hacia la comisaría. Aún eran las siete de la tarde y papá no se iría de la comisaría hasta al menos las diez de la noche, aunque no hubiera nada que hacer ya que en esta ciudad nunca ocurría nada.

Amor en Apuros | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora