Capítulo 4: Jasper

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De algún modo luego de visitar a papá en la comisaría me convencieron de pasar algunos días en la ciudad, aunque, a decir verdad, tampoco fui demasiado difícil de convencer. Me había comenzado a sentir solo últimamente y quedarme en mi casa de la infancia con mi padre y hermana alimentaba mi corazón solitario.

Pensé que había encontrado a una chica de mi interés, pero luego de mi último mensaje Lana no volvió a contestarme. Más tarde me di cuenta de lo idiota que había sido, seguramente escuchaba a un montón de chicos decirle que les gustaría un baile, así que dos días más tarde, le envié un mensaje pidiéndole disculpas, pero tampoco lo contesto.

Sinceramente no entiendo por qué me molesta tanto, apenas cruce dos palabras con ella a través de internet.

Escucho como la puerta principal se abre, y luego escucho las voces de mi hermana y su amiga Sara.

— Jasper, no vas a creer esto – me dice Lizzy apenas me ve en la sala, mientras se ríe.

— Yo creo que es algo totalmente creíble – dice Sara mientras suelta un montón de bolsas y se tira en el sofá.

— ¿Qué está pasando? – pregunto

— Ian ahora es un prostituto oficialmente

— ¿No lo fue siempre? – dice Sara mientras suelta un bufido

— ¡Sara! – dice Lizzy mientras la empuja en el sofá y se acuesta a su lado – Es enserio Jas. ¿Recuerdas ese bar de mala muerte al otro lado de la ciudad? Lo remodelaron hace un par de meses y ahora es un club de striptease.

— ¿Y eso qué tiene que ver?

— Bueno pues nos encontramos con Ian en el centro comercial y nos contó que solicito empleo ahí para ser stripper. No sabía que estaba tan mal de dinero – me dice Lizzy mientras se ríe y acomoda su cabeza en el hombro de Sara.

Niego con la cabeza nada sorprendido – Te aseguro que Ian no está mal de dinero, seguro le gusto alguna chica del lugar y está acosándola.

— Ahora que lo dices, me lo puedo imaginar completamente – dice Sara

Ian siempre ha sido así, haciendo locuras por amor. Aunque se acueste por aquí y por allá, yo sé que realmente es un enamorado del amor, siempre está persiguiendo lo que cree que lo hará feliz. Seguro esta vez llegó hasta ese lugar por una chica, pero de todas formas quiero saber qué pasa, así que lo llamaré más tarde. Se puede meter en problemas de maneras muy estúpidas, y estando en el lado malo de la ciudad es aún peor.

— Quiero comer lasañaaaa – se queja Lizzy mientras mira a Sara, que la mira atontada.

— Voy a prepararla, quédate aquí y ordena las bolsas – le dice Sara mientras se va a la cocina.

Solo niego con la cabeza, algún día Lizzy se dará cuenta, pero no creo que lo haga hasta que Sara sea directa con ella.

— ¿Todo eso es tuyo no? – le digo mientras señalo las bolsas.

— Claro que no, mira – dice mientras abre una bolsa pequeña – le compre esta gorra a Sara, ¿es bonita no? El azul le queda bien – dice mientras mira la gorra y asiente.

Solo me puedo reír.

***

Me paro en el estacionamiento del club en el que comenzará a trabajar Ian y veo que está bastante lleno para ser el lado malo de la ciudad. Voy hasta la puerta trasera donde Ian dijo que me estaría esperando.

— Hola guapo – me dice apenas me ve y me guiña un ojo.

— Hola idiota – le digo mientras niego con la cabeza y veo que está usando unos calzoncillos de cuero y un par de orejas de conejo en la cabeza, y eso es todo.

— Se que vienes por mí, pero guardaré tu secreto – me contesta mientras se pasa una mano por el abdomen.

— ¿A quién estás persiguiendo esta vez? – le digo mientras lo empujó al pasar, no es que lo mueva demasiado, Ian se ve delgado, pero es unos diez centímetros más alto que yo.

— La pelirroja de la barra – me dice mientras caminamos al interior, y apenas llegamos, me sorprendo un poco cuando veo a la chica que tiene haciendo estupideces a mi amigo. No es el tipo de chica que suele perseguir, ella de hecho es quien está más vestida en este lugar y tiene un aspecto rudo.

— Ella no te va a dar ni la hora del día amigo

— Ouch, ¿Qué es esta falta de confianza en mí?

— Simplemente creo que ella está fuera de tu alcance – le digo mientras me encojo de hombros.

— Bueno hombre ni que fuera una especie de Troll que mide dos centímetros – me dice – Ya verás, mira ahora me toca pasar así que ve con mi chica y que te sirva algo.

— ¿Ella sabe que es tu chica?

— Ella lo sabrá – me dice para luego darse la vuelta e ir tras el escenario, donde las luces comenzaron a bajar. 

Amor en Apuros | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora