Dirty (J.Jk)

Baby Girl

Jungkook.

Su pequeño cuerpo estaba en mi cama, la falda de su uniforme estaba por encima de su muslo, lucia tan indefensa que mi corazón latía a una velocidad que desconocía, sus preciosos ojos estaban cuidando mis movimientos, es bueno que entienda que ella es mi presa. Pero debo dejárselo más claro.

—No se que tanto entiendas tu situación Somi —Empecé a quitar la camisa —desde el primer momento en que mi miembro entro en ti, ya eres mía, de nadie más —la respiración se le había alterado, esta nerviosa que lindo —no me interesa el nombre que le quieras dar a nuestra relación, siempre y cuando entiendas que nadie mas te tocara, nadie mas puede mirarte, soy un maldito con lo que reclamo como mío.

Me acerque para tomar su barbilla y darle un beso agresivo, mordiendo su labio inferior, estaba temblando, pero por el movimiento de sus piernas, no era por miedo, ella deseaba el tacto más allá de este simple beso.

—Dentro y fuera de esta habitación ¿A quién le perteneces?

—A ti.

—Dios se escucha tan bien, ¿Debería premiar esa boquita tuya?

Una sonrisa traviesa atravesó su rostro.

—¿Me vas a premiar cada que haga algo bien?

—Cada que seas obediente, obtendrás lo que deseas, siempre que cumplas mis caprichos, yo cumpliré los tuyos.

Jugo con un mecho de su cabello.

—Creí que eso solo lo hacían los padres, si doy el rendimiento que ellos me piden, obtengo algo a cambio.

—Similar, tu eres mi baby girl.

—¿Qué puedo hacer por usted? Mr Jeon.

El tono en que lo dijo casi hace que me corra en mis pantalones.

—Quítate la ropa interior solamente y a la chaqueta del uniforme, dejaras todo lo demás —me relamí los labios —¿Si crees que soy un pervertido? Lo soy Somi, lo soy cuando se trata de ti.

Se levanto obedeciendo lo que le dije, sus manos pequeñas se metieron con lentitud bajo su falda, yo me había sentado en la cama ya sin camisa con los pantalones desabrochados esperando porque mi pequeña siguiera tan obediente. Las pantaletas negras adornaban su mano, con pasos lentos quedo completa frente a mi se inclino un poco para meter la ropa interior en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Seria tan amable de cuidarlas por mí?

La tome por la nuca besándola tan intensa mente que nuestros labios emitían un sonido húmedo y alto, la fui bajando hasta que quedo de rodillas entre mis piernas.

—Puedes tomar tu premio linda.

Sin dejar de mirarme bajo mis pantalones, le ayude levantando mi cadera, la liberación de mi erección me hizo dar un suspiro, ella tomo mi miembro con ambas manos, lamiendo un poco la punta.

—Dios, es tan grande, tan grueso.

Trago saliva como saboreando lo que entraría a su boca, este lado sucio de ella es algo que me volvió loco desde que estuve en su habitación, su timidez la domina en ocasiones, pero entre mas obtiene placer se vuelve la mejor puta del mundo. Lo metió a su boca succionando con habilidad, sus dientes no tocaban mi miembro para nada y ahuecaba la mejilla haciendo que pudiera entrar mas profundo mientras masturbaba lo que aún no se comía.

Su saliva sobre salía mientras seguía lamiendo, chupando y tocando mi erección, podía sentir como su lengua recorría cada vena hinchada, dejo una de sus manos para llevarla a su entrepierna, sentí como apretó mi miembro en su boca cuando metió dos dedos para masturbarse.