Extra.

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Gran Premio de Bahrein, 2022

Ivy.

Movía mi pie rápidamente de mientras miraba por la ventana y veía a todos los fans con carteles y gorras sobre distintas escuderías.

Todos parecían tan felices.

La fórmula 1 los hacía felices.


Sentí una mano en mi muslo que hizo que dejase de mirar la ventanilla y le prestase atención a mi novio.

—Sabes que no tienes porque hacerlo, puedo poner marcha atrás y lo ves todo desde el hotel— me sonrió— estás aquí conmigo y eso es lo único que me importa.

Lo miré algo indecisa, tal vez intentando ver algo que me hubiese ver que estaba mintiendo, pero en cambio no lo había.

Charles era tan puro, desde que no conocimos había querido lo mejor para mi.

—Solo estoy un poco nerviosa sobre el que dirán los demás pero no me importa. Quiero estar aquí, sobre todo cuando mi novio sale desde la pole.

Él volvió a sonreír y sus hoyuelos se marcaron haciéndome sentir aún más feliz.

Por primera vez en mi vida sentía que había tomado la decisión correcta.

—Te prometo que ganaré por ti.

—Lo sé.

Él volvió a poner la mirada al frente y yo volví a mirar la ventanilla, esta vez mucho más tranquila.

(...)

—Pero quien se ha dignado a venir— bromeó Carlos abriendo los brazos nada más me vió entrar en el garaje de Ferrari.

Luego de la ronda de miradas que había tenido que soportar durante el trayecto estar aquí me hacía sentir segura.

—No me podía perder una oportunidad tan importante— sonreí y me acerqué a él.

Desde que Carlos se había hecho compañero de equipo de mi novio nos habíamos hecho grandes amigos, tal vez era porque ambos éramos españoles y nos entendíamos de una manera en la que la demás personas no hacían. O simplemente porque fue la primera persona que no me juzgó al enterarse de que estaba con Charles.

Me separé de él y me senté en un sofá a lado de Charles quien estaba muy concentrado viendo el móvil. Su ceño estabas fruncido.

Me senté a su lado y le acaricié la frente.

—Te vas a hacer arrugas.

Él soltó una risa por lo bajo y dejó de mirar el móvil para levantar la mirada.

—Estas leyendo twitter— afirmé.

Estoy segura que ya sería tendencia en redes sociales.

—Es todo tan injusto— murmuro, y noté como sus puños estaban apretados.

—Amor, no me importa— el me miró con una ceja alzada— bueno, no me hace gracia que la gente vaya diciendo cosas sobre mi pero estoy acostumbrada.

—No deberías, no cuando es su culpa. Todo el mundo debería saber que él fue el malo de la historia, no tú.

Supongo que tenía razón. La verdad nunca salió a la luz del porque de nuestra ruptura.

—Quédate con que tú y yo sabemos la verdad, eso es lo que importa.

Él siguió con su mueca insatisfecha por un largo tiempo hasta que lo llamaron para una reunión y yo decidí ir a dar una vuelta.

I wanna be yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora