Capitulo 22.

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"Tiempo después"

Meses después- 11 de mayo de 2018.

Ivy

Me bajé del coche y suspiré un poco nerviosa.

Miré hacia Max y vi como me daba una sonrisa reconfortante.

Ya había pasado mucho tiempo desde que lo conocí por primera vez, en la vida me hubiera imaginado lo lindo que es pasar tiempo a su lado.

Ya llevamos casi 3 meses de relación y la única palabra con lo que puedo describir este tiempo es: perfecto.

Completamente perfecto.

Soy consciente de que mucha gente dice eso, que todo es tan bonito en los primeros meses de relación, pero que después deja de serlo.

Que todo empieza a convertirse en algo más gris.

Muchas veces miró a la luna por las noches y pienso que ojalá esto nunca acabe.

Que Max nunca cambie, y que lo nuestro no se oscurezca.

Que siga estando tan lindo, vivo y emotivo como lo es ahora mismo.

Aun así, intento vivir todos los bonitos momentos al máximo.

Todavía recuerdo la videollamada en la que le presenté a mis padres a Max.

Fue tan gracioso que tan solo recordarlo hace que sonría inconscientemente.

Minutos antes de llamarlos estaba muy nervioso, aunque lo negase ante mi, vi como sus manos sudaban junte nuestras manos y le dije que les iba a gustar.

Y lo hizo.

Estaban muy emocionados.

Y mutuamente que cayeron muy bien.

Max era tan lindo conmigo, era como si por un momento estuviese viviendo en un cuento de hadas, ya sabes, los típicos cuentos en los que el chico te trata perfecto y te trata como una princesa.

Hoy era la primera vez que iba a ir al paddock y la verdad me sentía tan emocionada por ello, también estaba algo nerviosa por los medios de comunicación, pero me sentía tan alegre de poder ir y apoyarlo, que me daba igual lo que la gente opinase.

Caminamos por varios minutos y llegamos a lo que parecía ser la entrada.

No sé, nunca he estado aquí.

–¿Entonces tu padre no viene?

Me giré y lo vi.

Estaba tan guapo con la gorra y ese polo.

En España hacia un tiempo increíble.

El sol de Barcelona estaba radiante.

Me sentía muy bien de poder volver a casa.

Aunque era algo extraño ya que, Mónaco para mí se había convertido en mi casa también.

I wanna be yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora