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Mi cumpleaños numero 35 se celebraba hoy y la verdad no tengo nada de emoción, jamás he sido ese tipo de persona que le daba demasiada importancia al día que nació, para mí era como cualquier otro día, pero al estar en una banda de rock ese día no pasaría desapercibido, los chicos estaban tan encimados de mí que ya me estaban hartando así que les dije que se fueran a la mierda y me dejaran en paz, eso obviamente no ocurrió porque después de decirme que dejara ser tan cascarrabias que me alistara esta noche porque iríamos a celebrarlo como Dios manda, o al menos eso fue lo que dijo T-bone, si pudiera definirlo en una palabra seria pesado porque jode más que un crío malcriado, a no es cierto él es un niñato malcriado, puto adolescente.
Durante el día lo celebré con mis hijos que me habían venido a visitar para compartir junto mi, habían traído una tarta de chocolate y cantamos el feliz cumpleaños, solo por ellos es que lo hacía pasaba un rato agradable con ellos y me hacía feliz su emoción, me dieron unos regalos y para ya entrada la tarde sus madres fueron a buscarlos me despedí de ellos prometiendo quedar otro día, eran las 7:30pm y los chicos habían dicho que pasarían a las 8:00pm por mi casa así que el tiempo restante lo había aprovechado para bañarme y alistarme, una vez que quedé listo solo me quedé viendo la tele en lo que ellos llegaban, cuando creí que ya no vendría me alegré pero mi felicidad no duró mucho porque el timbre había sonado, joder menuda suerte, talvez sí me hacía el loco podrían irse, el timbre seguía sonando con intensidad jodiendo mis oídos, malditos gilipollas que no dejan de fastidiarme, en eso escucho la voz del bajista al otro lado de la puerta.
— ¡Venga ya Mick abre la maldita puerta, sabemos que aún no has muerto!— escuche su tono molesto, yo solo suspiré resignado sabiendo que ellos no darían tregua así que me levanté del sofá con esfuerzo por mi dolor de huesos y caminé hacia la puerta para abrir, una vez que nos quedamos cara a cara estos me miraron para luego decir al unísono
