Capítulo 3

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En la puerta apareció un Zac sonriente y guasón, que lo único que hizo fue reírse de mi por la situación en la que estaba. Yo le mire enojada, pero no duro mucho ya que me empecé a reír con el por la tontera de la situación. Zac me tendió una mano y como si no pesase nada me levanto del suelo de un tirón. Recogió mis cosas del suelo y las cargo, como si no costase nada.

- Zeus te esta esperando en el coche, me dijo que viniera a verte para ayudarte con todo.

- Gracias por llevarlo tu todo.- le contesté mientras cerraba la puerta con llave

Zac y yo nos dirigimos hacia secretaria para que firmase unos papeles y entregase la llave de la habitación. Todo el mundo con el que nos encontrábamos se quedaba mirando a Zac con los ojos abiertos y la boca abierta.

Zac no paro de hablar en todo el camino desde la habitación a recepción y de recepción al coche. Me hablaba de el y de su infancia, incluso me hablo de la manada.

Cuando llegamos al aparcamiento me llevo al coche rojo dónde estaba Zeus en el asiento del conductor.

Me subí al asiento del pasajero mientras Zac guardaba mis cosas en el maletero y se iba hacia su coche. Mire a Zeus que miraba hacia delante.

- ¿estas enfadado conmigo?- le pregunte temerosa

- ¿Por qué debía de estar enfadado?- me contesto mirándome con cara sorprendida.

- Por haberte pedido que me dejases unos minutos con mis amigos.

- No estoy enfadado, se que necesitabas tiempo para despedirte.- me contesto mas tranquilo.

- ¿entonces que te ocurre?-

Era claro que le pasaba algo pero no sabia que podía ser, en un principio me imagine que seria por haberle pedido quedarme a solas con mis amigos pro cuando me dijo que no sabia que podía ser.

- Eres muy perceptiva gatita- me dijo sonriente- simplemente es que no se como comportarme para no asustarte, es algo nuevo para mi también y no quiero que huyas de mi porque no soy lo que esperabas,

No sabia como sentirme, por una parte me alegraba de que no estuviese enfadado conmigo, pero por otra parte sabia como era intentar agradarle a una persona y tener miedo de fallar.

- En ese caso lo tienes fácil- le dije- no espero nada. Esto es tan nuevo para ti como para mi, y si realmente somos pareja no quiero que pases el resto de tu vida aparentando ser alguien que no eres.

Zeus no dijo nada, se limito a sonreír y agarrarme la mano, colocándolas en medio de los dos asientos. Me gustaba como se sentía, su mano era mucho as grande que la mía peo me gustaba, y por suerte era un coche automático.

Cuando llevábamos una media hora de viaje Zeus paro para comprar la comida. Yo me quede esperándole en el coche. Al cabo de nos diez minutos salió con una bolsa blanca. Volvió a entrar en el coche y de ella saco un bocata y un refresco para mi, mientras que el se comió dos bocadillos y una ración doble de patatas. Yo sabia que los leones comían mucho pero no sabia que tanto.

Zeus y yo comimos en el coche mientras hablábamos de cosas sin sentido. Hasta que yo le pedí que me hablase de la manada. Zeus puso en marcha el coche me agarro de la mano y empezó a hablar.

- Pues somos 53 leones en la manada, yo soy el alfa por derecho, ya que mi padre lo fue antes que yo y yo soy el mayor de los tres hermanos. Aunque eso no significa que si un león no me considera un buen alfa pueda retarme, y si e gana el se convertirá en el alfa. En la manada también hay hembras, pero somos mas machos que hembras, asique todas las hembras que hay son tratadas con respeto. Tenemos bastantes cachorros en la manada muy revoltosos que corren de un lado para otro a parte de una próxima generación en camino.

Los Kapa (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora